Archive

Posts Tagged ‘Chile’

Bolivia marca pauta

October 29, 2020 Comments off

.Las elecciones bolivianas burlaron todas las predicciones. Las encuestas anticipaban la victoria de Luis Arce Catacora, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), colectividad del ex Presidente Evo Morales. La duda radicaba en si lograría acaparar más de 40 por ciento de los votos y establecer una diferencia superior al diez por ciento ante su más cercano rival. El 18 de octubre las urnas le dieron un éxito inesperado: la mayoría absoluta, con 55 por ciento de las preferencias. 26 puntos de diferencia sobre el ex presidente Carlos Mesa, el segundo candidato más votado. El MAS obtuvo también la mayoría en las cámaras de senadores y diputados en la Asamblea Legislativa Plurinacional. La asociación entre Arce y el hasta hace poco presidente Morales es estrecha. Durante el grueso de los 14 años del gobierno de Morales fue su ministro de Economía y Finanzas, salvo una breve interrupción de 18 meses, Arce fue el artífice de la conducción económica. Antes se había desempeñado en el Banco Central. Arce era percibido como un gestor clave del éxito económico de los sucesivos gobiernos de Morales en que Bolivia cuadruplicó su producto interno bruto de 9.500 millones de dólares anuales a 40.800 millones, en tanto que redujo la pobreza del 60 por ciento al 37 por ciento. En la memoria popular la gestión de Arce quedó asociada a un período de bonanza. Los gobiernos de Morales multiplicaron los bonos que incrementaron los ingresos de los sectores más postergados. Según lo precisa el analista boliviano Fernando Molina el gobierno del MAS destinó por concepto de la “Renta Dignidad”, entregada a todos a los mayores de 60 años, 1.200 millones de dólares, beneficiando a 900.000 personas. Junto a las mujeres embarazadas y grupos de estudiantes se benefició a un tercio de la población, es decir, 3,3 millones de personas, con montos que van de 28 dólares a 340 dólares por persona. Ello ocurrió en el punto más alto de la historia económica boliviana. El mayor auge provino de los elevados ingresos por exportaciones que, en una década, pasaron de dos mil millones de dólares a frisar los diez mil millones. Ingresos incrementados por los altos precios internacionales de las materias primas. Arce desarrolló un perfil que lo acercaba más un tecnócrata que a un líder político. Algo que le favorecía ante los embates unificados de sus rivales. Fernando Camacho, el candidato de la extrema derecha cruceña, lo descalificó señalando: “Luis Arce no es un candidato, es un títere del dictador Evo Morales”. El ex presidente Jorge Quiroga, que terminó el segundo gobierno de Hugo Banzer (1997-2001) lo motejó como el “cajero del despilfarro”, por las elevadas inversiones en obras públicas. Más moderado Carlos Mesa restó méritos a los logros de la gestión de Arce pues a su juicio no fueron “por mérito propio”, sino que la resultante de los altos precios de las materias primas “que jamás gobierno alguno haya recibido” en el país. Además denunció “el despilfarro y corrupción” que se materializaron en “palacios, aviones, lujos. El responsable, obviamente, era el presidente Morales, pero muy en particular su ministro de Finanzas”, afirmó Mesa. A estos juicios descalificatorios se sumaban los del gobierno interino de Jeanine Áñez que demonizó al MAS calificándolo de “partido narcoterrorista” y denunciándolo como una mezcla de autoritarismo indigenista, despilfarro y corrupción. Una visión cuestionable proveniente de un gobierno acusado de negocios turbios en medio de la crisis causada por el Covid-19. En plena cuarentena estalló un escándalo por la compra de un centenar de respiradores de origen español a un valor cuatro veces mayor al de su precio de lista que, para peor, ni siquiera servían para las terapias intensivas. El escándalo resultante tumbó al ministro de Salud. La derecha no atinó. Las posibilidades de la derecha de llegar al sillón presidencial en el Palacio Quemado por la vía de las urnas eran escasas. Por ello fue urdida la versión que los comicios, de octubre de 2019, que daban por vencedor a Morales, estaban viciados. La denuncia les abrió una ventana de oportunidad para impugnar la trasparencia del proceso electoral. La agitación contra el presunto vencedor abrió semanas de agitación callejera. Hecho que condujo al amotinamiento de la Policía Nacional. Esto fue seguido por una conminación del ejército a Morales para que renunciase a su mandato. Ante la disyuntiva de un derramamiento de sangre de proporciones mayores el mandatario optó por apartarse buscando refugio en Argentina. La gestión de Áñez, carente de la legitimidad otorgada por las urnas, agudizó la polarización ante los mayoritarios sectores indígenas y populares. De entrada Áñez llamó “salvajes” a los seguidores del MAS. Con ello dio el ejemplo para un lenguaje agresivo hacia los militantes de la organización que fueron calificados de ‘terroristas’, ‘sediciosos’, ‘castro-chavistas’ y otros epítetos. Además la policía cometió ultrajes como quemar banderas wiphala reconocidas como legítimas expresiones de los pueblos indígenas por la constitución. De las palabras y los agravios se pasó a los hechos. La represión de las protestas de Sacaba y Senkata, dejaron un saldo de 30 muertos y unos 700 heridos producto de los disparos de los uniformados contra la muchedumbre. En el plano político además de la represión la campaña electoral de Carlos Mesa ignoró las clases bajas urbanas, las que finalmente definieron la elección. Mesa apostó por representar el “voto útil” de las clases medias contra el MAS. Ello lo llevó a entrar en un juego político que quedó cojo cuando Luis Fernando Camacho, uno de los líderes de las protestas contra Morales el año pasado, optó por mantener su candidatura apuntando al potente regionalismo de Santa Cruz, .La estrategia del MAS Arce y sus asesores apostaron, en cambio, por los barrios periféricos, por los pobres y los empobrecidos del coronavirus. El país ha registrado hasta octubre un total de 140.853 casos con 8.645 muertes. Muchos de los que pudieron salir de la pobreza para asomarse a una incipiente clase media, durante los sucesivos gobiernos de Morales, han vuelto a caer en la pobreza a causa de la pandemia. A mediados de año 3,2 millones de bolivianos no tenían lo suficiente para comprar alimentos. El voto masivo del mundo rural y las poblaciones marginales urbanas dieron un respaldo decisivo a Arce. Un segundo enfoque fue disipar de la mente de los votantes el temor que el MAS buscaba eternizarse en el poder. Arce prometió gobernar solo un mandato, cinco años, y “reencaminar el proceso de cambio”. Además prometió que no habrá revanchismo ni persecución política. En concreto adelantó que no sancionará a policías o militares involucrados en la salida forzada de Morales. El proceso electoral dejó al descubierto la debilidad política y electoral de los competidores de derecha del MAS, fragmentados y enfrentados entre sí. El candidato de centroderecha Carlos Mesa no logró articular un proyecto de país, ni un discurso electoral capaz de seducir a los indecisos del Occidente boliviano. El candidato de la derecha empresarial, Fernando Camacho, tampoco logró convencer a los indecisos del Oriente del país. Hasta una semana antes de las elecciones, en su bastión electoral, en el departamento de Santa Cruz, había 28 por ciento de indecisos, que representan 7,5 por ciento del padrón electoral total. Son personas de sectores pobres que fueron excluidas por los empresarios a los que representa el líder cruceño, y que fueron violentadas en las movilizaciones que lideró este empresario contra Morales hace un año. En la elección del 18 de octubre, estos indecisos optaron por el MAS en rechazo a una elite empresarial que no mostró estar dispuesta a incluirlos en su “modelo de desarrollo”. El MAS obtuvo un apreciable 35 por ciento de los votos en esa región. Está a la vista que los adversarios del MAS subestimaron el potencial electoral de este partido y de su candidato. Por un lado, las encuestas no detectaron la verdadera intención de quienes se presentaban como indecisos y eso los despistó. Fueron presas fáciles de su autointoxicación. La subestimación se debió a la incapacidad de estos grupos políticos, que representan a las elites tradicionales, de reconocer al MAS como una expresión efectiva de los sectores sociales indígenas y de los estratos más pobres del país. En cambio, regularmente denuncian al MAS como “marioneta del chavismo”, o una “organización delincuencial” y han entendido la adhesión que consigue como un fenómeno puramente clientelar. Impacto internacional. Bolivia es considerada, por numerosos analistas, como una suerte de veleta que anticipa la dirección de los vientos que soplan en Sudamérica. En el pasado se señalaba que era el eslabón más débil de la región. Como una de las naciones más pobres y vulnerables sufrió intervenciones militares criollas a menudo auspiciadas ya sea por los militares brasileños, argentinos o por Estados Unidos. En esta oportunidad Washington fue un opositor activo al gobierno del MAS. Morales se define a sí mismo como un antiimperialista y en forma recurrente denunció maniobras estadounidenses por minar y dificultar su gobierno. Apenas tres días ante de los últimos comicios un par de altos funcionarios del Departamento de Estado, en Washington, hablaron con algunos periodistas bajo reserva. Uno de ellos señaló: “La forma en que el Tribunal Electoral y el gobierno anterior (el de Morales) administraron las elecciones quedó correctamente cuestionada por la manera en que fue llevada a cabo, y despertó serias dudas sobre el conteo de los votos. El gobierno de Estados Unidos y muchos otros observadores, tanto dentro como fuera de Bolivia, llegaron a conclusiones similares”. ( Departamento de Estado vía teleconferencia, octubre 15, 2020) La voz cantante de las denuncias realizadas contra las elecciones de octubre del año pasado corrió por cuenta de Luis Almagro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Otros organismos estadounidenses como una comisión del Massachusetts Institute of Technology (MIT) estimaron, sin embargo, que los resultados reflejaban la voluntad de los electores. Algo ratificado hasta cierto punto por los últimos cómputos. Consultado Arce sobre el papel de Almagro señaló: “Después de haber generado todos esos eventos que dieron lugar al golpe de Estado, que provocaron muertos, por supuesto que estoy de acuerdo (con exigir la renuncia)”. El periódico New York Times escribió el 7 de junio que “el análisis de la OEA contenía serios errores.”. Por su parte investigadores del Election Data and Science Lab concluyeron que era muy posible que Morales había ganado en la primera vuelta y que su victoria era legítima. “Como especialistas en elecciones justas consideramos que la evidencia estadística no respalda los alegatos de fraude en la elección de octubre (2019)” señalaron los autores del estudio en un artículo publicado en el Washington Times. Argentina El Presidente argentino Alberto Fernández junto a su vicepresidenta Cristina Kirchner estuvo entre los primeros que felicitaron a los vencedores Arce y Choquehuanca. Todavía no eran publicados los resultados oficiales y Fernández tuiteaba “La victoria del @BOmereceMAS en Bolivia no solo es una buena noticia para quienes defendemos la democracia en América Latina; es, además, un acto de justicia ante la agresión que sufrió el pueblo boliviano. ¡Felicitaciones, @LuchoXBolivia!”. En la misma red social, Kirchner envió sus felicitaciones: “ Felicitaciones a Lucho Arce y David Choquehuanca que, junto a Evo, construyeron en Bolivia un gran triunfo popular. La Patria Grande feliz”. Brasil Tras un conspicuo silencio de varios días, que expresaba la decepción del Presidente Jair Bolsonaro, Brasilia felicitó a Arce y al vicepresidente electo. Brasil destacó el “clima de tranquilidad y armonía del pueblo” que contribuyó al “éxito” en las elecciones”. Pero sorprendió el que Brasil aplaudiera “la actitud democrática y constructiva del Gobierno de la presidenta Jeanine Áñez”, tras la anulación de las elecciones de octubre del año pasado. Chile El presidente Sebastián Piñera informó que se comunicó telefónicamente con el presidente electo Arce para desearle éxito en su próxima gestión. Ambos coincidieron en reencaminar las relaciones bilaterales para “establecer una buena vecindad”. “Felicito a @LuchoXBolivia por su elección como Presidente de Bolivia. Recién conversamos por teléfono para desearle éxito en su gestión. Estoy seguro que trabajaremos con voluntad para avanzar hacia una nueva etapa en nuestra relación bilateral y fortalecer la integración regional”, planteó Piñera. La respuesta de Arce: “Agradecido por la comunicación y deseos de éxito del presidente @sebastianpinera. El triunfo es de nuestro pueblo. Reencaminaremos las políticas de unidad entre los pueblos de la región para establecer una nueva vecindad”. Más allá de las palabras de buena crianza es la hora para explorar la posibilidad de una normalización de las relaciones entre ambos países. Una buena señal sería reestablecer los vínculos diplomáticos al nivel de embajadores.

Chile y la disputa por la supremacía mundial.

August 24, 2020 Comments off

 

 

Apenas concluyó la Segunda Guerra Mundial “una cortina de hierro”, en la célebre expresión de Winston Churchill, dividió a Europa y el mundo. Dos  bloques antagónicos  compitieron en todas las esferas. Con una limitación: tanto Estados Unidos como la Unión Soviética contaban  con armas nucleares.  Un  choque frontal significaba la destrucción de ambos. Como ninguna de las partes podía vencer a la otra en una conflagración, a temperaturas termonucleares, no tuvieron más remedio que derivar  a una “Guerra Fría”. Esto es enfrentarse, sin bombas atómicas, a través de terceros países interpuestos evitando así  riesgos mayores.  Este fue el escenario que dominó la segunda parte del siglo XX. Ningún país escapó al choque de las superpotencias y Chile, que buscó un camino propio,  pagó un alto precio por su original  “vía chilena”.

En Estados Unidos las insurgencias  nacionalistas y anticoloniales llamaron la atención del Presidente John F. Kennedy (1961-63), quien elevó las luchas irregulares en países del Tercer Mundo a la categoría de amenaza estratégica. Durante un viaje a Vietnam, en 1952, Kennedy apreció las dificultades que enfrentaban los colonialistas franceses. En otros países observó los brotes rebeldes de inspiración marxista, y captó que muchas insurgencias no obedecían a una instigación ideológica sino que emanaban de demandas sociales.

La llegada de Fidel Castro  al poder (1959) convenció a Kennedy que de poco servía el poder nuclear, y aun el convencional, si era ineficaz para enfrentar los retos insurgentes. A su juicio, el mayor desafío a la hegemonía norteamericana provendría de enfrentamientos menores en países periféricos.  El balance de fuerzas a nivel internacional variaría en el fragor de docenas de batallas sin  que ninguna de ellas fuese decisiva. Pero por esta vía  Estados Unidos vería limitado, en forma creciente, su espacio de maniobra  internacional.

Al llegar a la Casa Blanca Kennedy diseñó una estrategia  dual ante la insurgencia. En el plano económico y social promovió  programas de apoyo que detuvieran la radicalización de las sociedades más pobres: así, la Alianza para el Progreso dispuso fondos para el desarrollo de los países latinoamericanos, mientras los voluntarios de los Cuerpos de Paz canalizaban el idealismo juvenil; millares de jóvenes estadounidenses se repartieron por el mundo para trabajar en policlínicos, sanear aguas, ayudar a campesinos a mejorar sus cultivos o participar en programas de contracepción para moderar el crecimiento demográfico.

En el plano militar, entre tanto, se dotó de grandes recursos a las unidades de fuerzas especiales, los llamados Boinas Verdes, que debutaron  en Guatemala, donde  más de un millar combatió  entre 1966 y 1968.   Allí se cultivó la idea de que existía un enemigo interno que  era la extensión de los afanes de dominación del comunismo soviético. Esta convicción fue transmitida por el Pentágono a los militares latinoamericanos a través de la Escuela de las Américas donde  hasta 1984 se impartieron cursos a más de 50 mil oficiales de la región. En el  Manual de Terrorismo de la Escuela de las Américas, que depende del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, se lee: «Terroristas tales como Stalin, Lenin, Trotski, Guevara, Marighella y otros dejaron un legado de violencia que en el nombre de las masas oprimidas y las causas justas están estremeciendo al mundo. El advenimiento del terrorismo internacional y transnacional ha traído consigo numerosos grupos ávidos de venganza y odio a países del Tercer Mundo, de mercenarios ideológicos que han prestado su experiencia y conocimientos, bombas y armamentos a sus aliados políticos en cualquier parte del mundo».

Chile un caso especial

Desde una perspectiva internacional Chile es un país que, desde hace más de seis décadas ha servido de laboratorio para distintas estrategias políticas. Una suerte de modelo. Algo que comienza  con el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva (1964-70). Entonces la Revolución Cubana se proyectaba como un atractivo referente de cambio político y gestión del Estado. Para contener a los revolucionarios caribeños Estados Unidos, bajo las órdenes de Kennedy, desplegó  su estrategia reformista. En síntesis, buscaba  modernizar los estados latinoamericanos que entre otras medidas contemplaba el fin de los latifundios mediante una reforma agraria. Este proceso en Chile fue llamado la Revolución en Libertad para contrastarlo con lo que ocurría en Cuba. El proceso tuvo éxito y falencias pero por sobre todo movilizó y radicalizó a un sector de la población. Esto condujo a una experiencia inédita a nivel mundial: la victoria, en 1970, de la coalición de izquierda con el Partido Comunista y el Partido Socialista como las fuerzas principales. La primera vez en el mundo  que un conglomerado marxista llegaba al gobierno en forma democrática, por la vía de las urnas. Una vez más Chile asumió un rol modélico que duró escasos tres años.

Entonces se vivían los tiempos más obscuros de la Guerra Fría. Washington percibió al proceso chileno como una amenaza estratégica pero no por su impacto regional. El entonces secretario de Estado Henry Kissinger se mofó de la irrelevancia estratégica señalando  que “Chile es una daga que apunta al corazón de la Antártica”. Ello no le impidió desestimar el resultado de las urnas al manifestar ante la elección del Presidente Salvador Allende: “Yo no veo porque tenemos que permitir que un país se torné marxista solo porque su gente es irresponsable”. Lo que realmente preocupaba a Washington era el impacto del proceso chileno en Europa. Allí los dos grandes partidos comunistas, el  francés y el italiano, seguían con la mayor atención  la evolución de la Unidad Popular  (UP)  que aunaba a los comunistas y socialistas. Semejante alianza tenía buenas posibilidades victoria electoral tanto en Italia como Francia. La llegada de los comunistas a dos  de los principales gobiernos europeos representa un serio revés para el futuro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la mayor alianza militar de occidente. En relación  a Chile el Presidente Richard Nixon decidió no correr riesgos y ordenó a la CIA causar el mayor caos posible “hasta  hacer chillar a la economía”. Para ese propósito la CIA dispuso de  diez millones de dólares entre 1971y 1973 para asegurar un desbarajuste económico y político.

En 1973, bajo Allende, Chile gozaba de plena libertad de prensa. Al punto que el principal periódico opositor, El Mercurio, recibía generosas ayudas de la CIA . Angello Codevilla, funcionario del Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos declaró: “En lo que respecta al apoyo encubierto a un diario en Chile (El Mercurio), después de 1970, ello permitió a ese periódico sobrevivir a los intentos del régimen de Allende por silenciar toda la oposición y pudo servir de punto focal para las fuerzas que se oponían al régimen”.

América Latina está jalonada  por golpes de estado y dictaduras militares pero ninguna cosechó tanto repudio mundial como la chilena.  Las fuerzas armadas con el activo concurso de la derecha, el empresariado y Estados Unidos depusieron al gobierno. Fue un golpe de una violencia inusitada incluso para los estándares latinoamericanos. Las imágenes del bombardeo  aéreo  al  palacio presidencial, con Allende  en su interior, recorrieron el mundo. Allí quedó sellada a fuego para todas las latitudes el carácter de los golpistas guiados por  la máxima de quien puede lo más puede lo menos. Quien no teme disparar contra el primer mandatario nada le importará hacerlo contra ciudadanos ordinarios. La secuela era previsible: miles de chilenos fueron asesinados, decenas de miles torturados y  otros tantos huyeron del país.

El contraste no podía resultar más abrupto  Por su génesis,  democrática con respeto a la legislación e institucionalidad, la UP  concitó un interés análogo al que despertaron los republicanos en su lucha contra el fascismo en la Guerra Civil Española. A Chile no vinieron brigadas internacionales para defender el estado de derecho pero sí desfilaron millares de latinoamericanos y europeos que deseaban empaparse de los aires de cambio de  una experiencia política original. Decenas de miles de jóvenes engrosaron las filas de masivas campañas de solidaridad en apoyo a los chilenos perseguidos por sus  convicciones políticas. Ello ocurría en un período de aguda polarización internacional en que  Estados Unidos enfilaba hacia una derrota en  Vietnam.

Quiebre del orden internacional.

Establecer paralelos y analogías a lo largo de la historia es una tentación frecuente Hoy está en boga proclamar que el mundo camina a una nueva Guerra Fría. Es cierto que está en proceso el desacople entre las economías de Estados Unidos y China. Es una ofensiva iniciada por Washington que pretende mantener a raya a Beijing para preservar su  hegemonía frente a la emergente potencia asiática. En la superficie hay ciertas similitudes con lo vivido en  la segunda mitad del siglo pasado. Pero hay, sin embargo, diferencias tan profundas que es engañoso utilizar el mismo concepto para ambas situaciones.

La enemistad entre lasUnión Soviética y Estados Unidos respondía a dos visiones antagónicas del mundo. El comunismo soviético buscaba la destrucción del capitalismo occidental mientras éste último pretendía lo mismo frente a su adversario. Era una pugna, así al menos lo entendían ambas partes, que debía culminar con la victoria de uno y la derrota del otro. Todo se politizó en esa perspectiva. Las medallas de los Juegos Olímpicos debían dar cuenta de la superioridad de uno u otro campo. Quién lanzaba el primer satélite o pisaba antes la luna. Cualquier rincón del mundo, por irrelevante que fuera, entraba en disputa por la mera sospecha que el adversario mostraba interés.

Estados Unidos observa con preocupación, desde hace décadas,  el auge chino en el campo económico,  diplomático, militar y tecnológico. Pero a la vez China ha representado un gran mercado. General Motors vende más autos en China que en Estados Unidos. Beijing ha comparado fortunas en bonos del Tesoro  estadounidense.  De muchas maneras ambos países imbricaron sus respectivas economías. El Presidente Donald Trump decidió poner alto a esto convencido que China sacaba mayor ventaja que su país de esta relación Esta postura ya existía bajo el Presidente Barack Obama que propuso el  Tratado Transpacífico de Asociación (TPP, por su sigla en inglés), precisamente para frenar la expansión comercial China. Trump, fiel a su estilo agresivo,  ha  llevado la pugna a nuevos niveles que incluyen la esfera tecnológica y la sanción a empresas chinas por su relación  con el Partido Comunista de dicho país.

Pero más que una objeción ideológica es una expresión oportunismo  nacionalista.  En las décadas de los 70 y 80 la agresividad de los estadounidenses estaba volcada contra Japón. Entonces se decía que Tokio pretendía lograr de cuello y corbata lo que no consiguió de uniforme. Nada más conveniente que un enemigo externo para galvanizar los sentimientos patrióticos. El secretario de Estado Mike Pompeo presenta el conflicto como una causa noble que atañe al mundo entero. En una reciente disertación titulada “China comunista y el futuro del mundo libre”   dejó la sensación de  deja vu. Postuló que “Defender nuestras libertades frente al Partido Comunista chino es la misión de nuestro tiempo”.

Los tiempos son muy distintos. Santiago nunca tuvo que elegir campos durante la Guerra Fría. Siempre estuvo anclado en Occidente. Y cuando el gobierno de la UP solicitó el apoyo soviético éste no estuvo disponible. Moscú estimó que no estaba en condiciones de hacerse cargo del proceso chileno pese a sus estrechos lazos con los comunistas criollos.

China no está  preocupada si los que gobiernan los países son de  izquierda o derecha. Ello a tal punto que mantuvieron  óptimas relaciones durante el período dictatorial y  siguieron así con el retorno a la democracia.    Beijing tiene una postura pragmática y se relaciona con quien le convenga. Estados Unidos, por su parte, busca  alinear al resto de los países con sus posiciones. Chile   ya experimenta presiones por parte de Washington para que no compre el sistema de transmisión ultra rápido 5G ofertado por Huawei.  Está por verse  cuan profundo será el quiebre internacional que está en desarrollo. Pero cualquiera sea la brecha ella no será ideológica y, por lo tanto,  no se proyectará en el seno de los países como ocurrió en la Guerra Fría.

 

 

 

 

 

Pronósticos para el 2020.

December 26, 2019 Comments off

 

No hay una bola de cristal para saber que trae el año entrante. Pero, a juzgar por  el que termina es posible hacer algunas proyecciones. El 2019 fue pésimo. 165 millones de personas debieron ser socorridas por emergencias  medio ambientales que van de la sequía a las inundaciones o tormentas catastróficas. Ya con una perspectiva nada optimista los responsables de la Organización Naciones Unidas  (ONU) habían anticipado unos 145 millones de damnificados para el año que concluye. Se quedaron cortos.

Mark Lowcock, Secretario General Adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia, estima que el 2020 podría ser peor aún. Entre los puntos más críticos  destaca la situación siria, la crisis económica en Venezuela y África oriental, con unos países afectados por sequías y otros por inundaciones. Pero con una situación climática incierta surgirán  muchos imprevistos.

Los años más calurosos desde que hay registros son los últimos 19. Los cinco últimos han batido todos los récores de temperatura. Todo indica que la tendencia continuará  con fuertes ondas de calor y eventos climáticos extremos en distintos puntos del planeta.  Los que han sufrido sequías seguirán experimentando la ausencia de lluvias. En las regiones árticas seguirá derritiéndose el permafrost (permahielos) al igual que los glaciares. Las tormentas tropicales y huracanes seguirán golpeando las zonas de mares de aguas cálidas. En octubre de este año los océanos llegaron a su máxima cota desde 1993, cuando comenzaron las  mediciones satelitales. Las temperaturas oceánicas han subido como nunca antes y la capa de hielo que cubre la Antártica occidental  y Groenlandia adelgaza más rápido de lo previsto.

Los científicos del Panel  Intergubernamental de Cambio Climático  PICC no tienen duda alguna. La causa son los gases de efecto invernadero. En los últimos tres millones años jamás la atmósfera había contenido semejante concentración  de gases, con el CO2 como el más importante de ellos. A lo largo de los últimos cuatro milenios las parte por millón (ppm), como se miden los gases en la atmósfera,  nunca superó las 280 ppm . Pero la quema de combustibles fósiles con  el carbón en primer lugar y el petróleo elevaron en forma constante las ppm . Organizaciones ambientalistas fijaron como meta no pasar de las 350 ppm. Pero la línea roja fue cruzada con creces: en 2013 superaba las 400 ppm y este año fue quebrado el récor con 415,7 ppm.

Chile, por su parte, seguirá sufriendo los rigores del calentamiento global.  Subirá el mercurio en los termómetros y la zona central verá agravada la escasez de agua. El panorama económico se avizora complejo tanto en el mundo como en el país. En el ámbito social, en tanto,  también son esperables altas temperaturas.

 

Chile y la guerra sicológica.

October 24, 2019 Comments off

 

Por las redes sociales corren todo tipo de versiones falsas. Una de ellas busca explicar la violencia en Chile denunciando la presencia de agitadores extranjeros. Un militar chileno en retiro, un  oficial superior con amplios vasos comunicantes con las ramas de la defensa, postula vía WhatsApp que  Venezuela habría despachado entre cinco y seis mil agitadores. Este enorme contingente habría aprovechado el flujo de inmigrantes para ingresar al país. Se trataría, según esta versión, de individuos con preparación en combate urbano, inteligencia y sabotaje. Estos elementos tendrían la misión de destruir el transporte público, incluido el metro, afectar la red de energía eléctrica y otros blancos claves. Los infiltrados tendrían por meta política socavar  “el ejemplo de éxito del modelo neoliberal”  y cobrarle a Piñera su protagonismo en Cúcuta y el Grupo de Lima.  Una operación de semejante magnitud es cara, pero los recursos estarían disponibles gracias al tráfico de drogas.

Esta presencia sería, sin duda, uno de los secretos mejor guardados por el gobierno pues, según el autor del cuento, se habrían detectado alrededor de 700 de estos infiltrados, que ya fueron expulsados. En los días de protestas han sido detenidas cerca de dos mil personas. Ninguna de ellas ha sido presentada como parte de esta presunta brigada.

Otras fuentes citan como evidencia, de la participación de Caracas, un discurso de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, que dijo que lo que se está viendo en Chile y que también se vio en su momento en Argentina, Ecuador y Perú era “una brisita bolivariana”, la cual ahora se extenderá a Colombia y Brasil.  Cabello agregó en característico estilo metafórico: “Vamos para un huracán bolivariano, un huracán de los pueblos no lo detiene absolutamente nadie”. El Presidente Nicolás Maduro, por su parte, aclaró: “Ahora el pueblo de Chile se rebela y se levanta, y la derecha de Chile también dice que es culpa de Maduro. No es culpa de Maduro, es culpa del Fondo Monetario Internacional y del capitalismo salvaje”.

Hasta el momento no existe prueba alguna de la mentada infiltración. Es un recurso propagandístico que fue empleada en 1973 con la denuncia de la presencia en Chile de veinte mil combatientes cubanos. Una cantidad increíble de personas que se esfumaron, pues ni una sola fue exhibida en público por parte de la dictadura. Culpar a presuntos extranjeros es alimentar la inseguridad y la xenofobia. Permite alentar el militarismo y llamar a cerrar filas frente a una agresión extranjera. Es una narrativa tóxica de  alto poder corrosivo que pone en la mira a los venezolanos residentes. Es difícil desmentir lo que no existe.  El rumor es un arma favorita en el arsenal de la guerra sicológica.

Piñera daña la imagen de Chile

October 21, 2019 Comments off

 

Hace algunos días el Presidente Sebastián Piñera proclamaba: “Nuestro país es un verdadero oasis con una democracia estable, el país está creciendo…los salarios están mejorando”. El mandatario enumeró, en contraste, al grueso de los países de la región para concluir: “América Latina está convulsionada”, agregó que  algunas economías están en recesión, como la argentina y la paraguaya, otras estancadas como la brasileña y la mexicana. Otros experimentan crisis políticas como Perú y Bolivia (ninguna mención a Ecuador), mientras que Colombia vive el resurgimiento de las guerrillas de las FARC. Venezuela no figuró.

Este domingo Piñera cambió su diagnóstico de Chile: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite”.  Aplica el dicho que una semana en política es una eternidad.

Los dichos presidenciales ocurren a las puertas de la reunión de los países de la Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico,  APEC, por su sigla en inglés,  en Santiago el 16 y 17 de noviembre. Más tarde, a comienzos de diciembre, está programada  la gran cita medioambiental de Naciones Unidas,  la COP 25. Ambos foros son destacados como grandes éxitos de la diplomacia chilena. Ellos, se ha señalado, deben consolidar la imagen de Chile como un país sólido y confiable.  Reforzando la imagen de “una buena casa en un mal  barrio”, un decir de moda hace algunos años. En La Moneda esperan, que si  todo marcha bien, el Presidente podría ceñirse los laureles de una figuración internacional.

El reto mayor es el encuentro de la APEC al cual se aspira que concurran tres de los máximos líderes mundiales: los presidentes de China, Xi Jinping, de Estados Unidos, Donald Trump y Rusia, Vladimir Putin. Existe la expectativa que, en  Santiago,  Washington y Beijing firmen una tregua en la disputa comercial entre ambos países que  tiene enorme impacto en la economía mundial.

El desplazamiento de los tres mandatarios citados es acompañado por las más severas medidas de seguridad.  Para evitar sorpresas los gobiernos respectivos despachan avanzadas, como se  llama a las inspecciones en la jerga diplomática, que verifican  las condiciones en el país. Los más estrictos  son los estadounidenses que, de acuerdo a algunas versiones,  ya habrían expresado dudas sobre Santiago como una sede adecuada dado los últimos acontecimientos. Las declaraciones de Piñera que “estamos en guerra”  choca,  de manera frontal,  con la imagen internacional que el país ha pretendido proyectar. Las tomas que recorren el mundo, de un país cuyas principales ciudades son patrulladas por militares con armas de guerra, refuerzan la  metáfora presidencial.  Un mensaje poco auspicioso para convocar a la comunidad internacional.

Militares y las batallas pérdidas contra el narcotráfico.

July 11, 2019 Comments off

 

La tentación de involucrar a los militares en la lucha contra el narcotráfico es recurrente. En diversos momentos,  en distintos países latinoamericanos, las fuerzas armadas han participado  en operaciones antinarcóticos. Los resultados en México, Brasil  o Colombia, por destacar los más prominentes, han sido   entre decepcionantes y  desastrosos.

El primer paso para determinar una estrategia ante una amenaza es definirla con claridad. Muchos, erróneamente, creen que el combate contra el crimen organizado y  los narcotraficantes equivale a una “guerra”. El Presidente estadounidense Richard Nixon, en 1969, proclamó “la guerra contra las drogas”. Dos décadas más tarde, en 1989, George Bush subió la apuesta y prometió llevar la  guerra “casa a casa y calle a calle. A juzgar por los resultados las autoridades perdieron. El   combate contra las drogas sigue con triste vigencia en Estados Unidos donde, más allá de la retórica, los militares no se involucraron en la lucha doméstica contra el narcotráfico.

Suena bien ante la opinión pública cuando un mandatario habla duro, con toques belicistas, contra la lacra del crimen organizado.  “Son enemigos que hay que combatirlos sin tregua, sin darles ventajas y utilizando  todos los instrumentos a nuestra disposición” estas son palabras del Presidente Sebastián   Piñera al anunciar un decreto que habilita a las fuerzas armadas a realizar ciertas labores logísticas, inteligencia e incluso detenciones en la frontera norte del país.

La experiencia de otros países aconseja cautela. En México los militares ingresaron de lleno a la lucha contra los carteles bajo en el gobierno del Presidente Felipe Calderón  (2006-2012), una “guerra” que a nuestros días deja un saldo de 150 mil muertes. En Colombia se tildó a las FARC de ser una narco guerrilla. También era posible hablar de narco militares pues grandes regiones estuvieron dominadas por la asociación de paramilitares y uniformados que controlaban el tráfico de estupefacientes. En Brasil la intervención militar en populosos barrios ha tenido poco impacto en las operaciones de los carteles.

El arma más potente de los narcotraficantes es la corrupción y para ello cuentan con recursos. Involucrar a las fuerzas armadas, aún en tareas secundarias, es exponerlas a la infiltración por parte de elementos criminales. Si como en México o Colombia ganan pie en su seno hacen aún más difícil  el combate a un problema complejo de múltiples aristas. En Chile el narcotráfico permanece en el ámbito delictual y debe ser confrontado por las policías con todo el respaldo posible de la ciudadanía.

Hay un viejo chiste:

Un joven oficial es enviado a la frontera a combatir el tráfico de drogas.

Al mes manda un mensaje: Narcos me ofrecieron diez mil dólares por hacer la vista gorda, los corrí a balazos.

Al mes siguiente comunica: Me ofertaron cien mil dólares y otra vez los repelí.

Al tercer mes señala: No hay problemas, todo está tranquilo.

 

 

Latinoamérica y la justicia internacional.

October 4, 2018 Comments off

 

Chile no tiene una obligación de negociar con Bolivia una salida al Océano Pacífico. Ese fue el fallo de la Corte Internacional de Justicia  (CIJ) de La Haya. Todos y cada uno los argumentos jurídicos bolivianos fueron desechados. Tras cinco años de litigio ¿cambió algo? Nada.  La CIJ reafirma que las cosas siguen tal como estaban. En los hechos, sin embargo,  Santiago sale fortalecido con  un valioso capital  intangible: la legitimidad. Los esfuerzos internacionales de La Paz  por conseguir aliados para salir al  Pacífico,  a través de Chile,  han sufrido un serio revés.

Es la segunda vez que la CIJ considera demandas contra Chile. La anterior fue la interpuesta por Lima por las fronteras marítimas. En esa ocasión la Corte concedió soberanía al Perú de una remota zona de alta mar que en poco alteraba el statu quo. Fue también un largo y áspero pleito que tuvo un alto costo financiero. Cada parte desembolsó más de 20 millones de dólares.  Los países debían exponer sus argumentos en inglés o francés, las lenguas oficiales de la corte, a   través de onerosos abogados y ante jueces de toga y peluca.

Surgieron entonces voces que aconsejaban abandonar el Pacto de Bogotá que data de 1948.  El tratado apunta a que los países miembros superen  los conflictos por medios pacíficos.  La pertenencia al Pacto confiere jurisdicción a la CIJ. Luego que La Paz, siguió el ejemplo peruano, e interpuso su demanda creció la demanda para que Chile dejase el Pacto apenas fuese posible.  El quinquenio de litigio absorbió muchas energías de ambas  cancillerías. En lo que toca a  Santiago los costos excedieron de los 24 millones de dólares. La Paz optó por mantener sus gastos bajo reserva.

Más allá de las divisas y las molestias ¿conviene retirarse del Pacto de Bogotá? Las naciones pequeñas, como Chile, que no disponen de gravitación económica que le permita aplicar sanciones o grandes arsenales, son las más interesadas en una estructura de derecho internacional a la cual apelar. Las grandes potencias, por el contrario, son las más proclives a imponer reglas del juego de manera unilateral. Mientras menos tratados  y compromisos mayor libertad de acción. Latinoamérica ha contribuido a generar una jurisprudencia de respeto a la resolución pacífica dc los diferendos. Es la región del mundo con menos conflictos interestatales. Siempre será preferible un mal pleito a una buena guerra. Baste con considerar que las dos reclamaciones contra Chile derivan de las Guerra del Pacífico del siglo XIX. Las cicatrices bélicas son de muy lenta cura y nunca son olvidadas del todo. De allí que está en el interés de toda la región fortalecer la arquitectura de paz internacional. Ello pasa por aportar y respetar la institucionalidad construida a lo largo de décadas. En oportunidades las obligaciones y protocolos pueden parecer gravosos. Pero el  árbol no debe hacer perder de vista el bosque o, si se prefiere, obstáculos circunstanciales no deben obscurecer una visión estratégica. El multilateralismo conviene a los más débiles. El sistema de justicia internacional, de las Naciones Unidas, es un recurso ante  procederes hegemonistas. No es una garantía a toda prueba pues si una superpotencia decide ignorarla lo hará. Pero  los transgresores pagarán un costo. El Pacto de Bogotá y la CIJ contribuyen a que Latinoamérica sea una zona de paz.

 

 

 

El ritual de La Haya

September 27, 2018 Comments off

 Chile y Bolivia se preparan para recibir el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Ambas partes ignoran cual será el dictamen de los jueces. Ello no impide que los gobiernos de los dos países compitan en expresar total certeza sobre la solidez de su causa. Es una actitud que evoca los períodos electorales en que cada candidato se proclama el anticipado vencedor. Pero más aún. Los asuntos relativos a la soberanía despiertan pasiones atávicas. El territorio nacional está investido de cierta sacralidad. Sobre su posesión, aunque sean zonas remotas y desconocidas,  descansa la autoimagen de la nación. Cualquier pérdida es una afrenta y los responsables del desgarro, los gobernantes de turno durante el pleito, deben asumir las consecuencias.

Los mandatarios, abogados y expertos que, por años, han litigado enfrentan la hora de la verdad. Para protegerse contra posibles recriminaciones recurren al consabido ritual de la unidad nacional. Tanto en La Paz como en Santiago son convocados los partidos políticos, ex presidentes y pasados ministros de Relaciones Exteriores. Un conjunto de figuras variopintas, en nombre de los intereses superiores del estado, dan su bendición a la estrategia de defensa de las posturas criollas. La unidad nacional es invocada como un requisito superior para conseguir los  objetivos en La Haya. Así ambos países proyectan un sólido frente político que, se presume, debería causar cierto impacto entre los jueces que preparan su veredicto. El más elemental sentido común, sin embargo, indica que el cierre de filas de partidos y dirigentes políticos  nada tiene que ver con lo que ocurrirá en la CIJ. Poco y nada puede importarles a los magistrados los niveles de consenso entre los ciudadanos de uno u otro país.

El ritual unitario tampoco tiene que ver con la convicción de la justicia de la causa defendida. En todas las latitudes impera la consigna de que mi país, para bien o para mal, tiene la razón. La cohesión nacional es invocada para silenciar toda crítica por si algo sale mal. En todo caso un resultado realmente adverso es improbable para alguno de los países. Al igual que en las elecciones no habrán perdedores. Solo habrá explicaciones. Si Chile es conminado a dialogar se dirá que no fue un fallo ajustado a derecho sino que es uno más de los consabidas sentencias  salomónicas, aquellas  en las cuales se busca dar algo a cada parte. Si Bolivia no logra lo que busca dirá que ya se da por pagada  con el solo hecho que la Corte haya admitido su reclamación,  que Chile daba por desechada. Así, La Paz contó con una potente caja de resonancia que le permitió presentar sus reclamaciones a nivel mundial. Además según el Presidente Evo Morales no fue más que un primer paso pues adelantó desde un comienzo que: “Si en esta demanda no fuera bien, ni se imaginan ustedes que tenemos planes mucho más interesantes que esta primera etapa de batalla legal en la Comunidad Internacional”.

Chile, por su parte, se tornará más reacio a toda negociación señalando que no establecerá precedentes que, más tarde bajo el concepto de derechos expectaticios, puedan ser utilizados en su contra.  Pero antes que especular conviene esperar el inminente fallo de la CIJ.

 

 

El largo viaje de FIDAE.

April 5, 2018 Comments off

 

¿Qué hay de nuevo en la vigésima versión de la Feria Internacional del Aire y el Espacio (FIDAE)? En aviones de combate Estados Unidos no tuvo rivales. La gran novedad es la exhibición estática de un par de F-35. Aparatos que representan el estado del arte aeronáutico. Este es el avión concebido por el Pentágono para cubrir todos los roles, desde el despegue vertical al vuelo supersónico. Está destinado a operar tanto desde bases aéreas como portaaviones. Así aspira a reemplazar a media docena de emblemáticos modelos que incluyen al F-16,  el F-18 y la versión estadounidense del Harrier británico. Ello con un alto grado de invisibilidad ante los radares. Claro que todas estas virtudes tienen un precio: es el proyecto más caro de la historia de la aviación. Nada menos que unos 400 mil millones de dólares. Se estima que cada unidad cuesta 200 millones de dólares. Washington también despachó un par de avanzados  aviones F-22 Raptor que pueden apreciarse en sus vuelos cotidianos.

El foco de esta FIDAE, sin embargo, no está orientado a los aviones F (fighters/combate) sino que a los aparatos C, los cargueros. La probabilidad  de una guerra  entre estados latinoamericanos es remota. Los desastres naturales, en cambio,  están a la orden del día. De allí que los aviones de empleo dual,  para la logística militar y misiones de socorro humanitario cubren la loza de la Feria. Brasil está presente con su carguero KC-390 en su primera visita a Chile. Su fabricante Embraer invitó a ENAER, su par chilena, a participar en el desarrollo de birreactor. Los problemas económicos y administrativos de la empresa  chilena impidieron que se uniera al emprendimiento. También vuela cada día el enorme carguero turbohélice  A-400 del consorcio europeo Airbus. Chile llegó a firmar una carta de intención para la adquisición de un par de unidades. La Fuerza Aérea de Chile tuvo sus reparos por el costo de las máquinas y la compra fue anulada.

Como en ferias anteriores hay mucho más que aviones. Un rol creciente es el de los drones que ganan una enorme popularidad. Mientras los exhibidores  exaltan sus virtudes crece la inquietud por las transgresiones de estos pequeños objetos voladores no tripulados.  Cada año se registran cientos de incidentes de drones que ingresan a las rutas de aviones aledañas a  aeropuertos. Es un accidente que está esperando ocurrir. Para adelantarse a este peligro una empresa expone  una suerte de fusil electrónico para deshabilitar y capturar drones intrusos. Los que si ya han tumbado numerosos aviones son los plumíferos que se estrellan contra motores o son tragados  por  turbinas. Para ahuyentarlos una compañía canadiense ha traído una perfecta réplica de un halcón peregrino, un drone comandado a control remoto, que vuela batiendo sus alas aterrorizando a todas las aves del sector.

Otra novedad es la proliferación  de una serie de empresas, con muy discreta presencia visual,  que ofrecen servicios seguridad en el mundo virtual. Cómo proteger las comunicaciones e impedir los robos de información y los hackeos es una prioridad tanto para gobiernos como compañías. Así FIDAE se pone al día con los tiempos que corren.

Silencio en La Haya

March 29, 2018 Comments off

Chile y Bolivia concluyeron sus alegatos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Los abogados de ambos bandos ya  pueden colgar sus pelucas y togas.  Ahora corresponde a los jueces deliberar y sin un plazo fijo entregar un veredicto, este año o el próximo, sobre la demanda boliviana. La Paz solicitó a la  Corte, en 2013, que obligue a Chile a abrir negociaciones sobre una salida al Pacífico.

Con solo lograr que la  CIJ   considerara el caso Bolivia obtuvo un logro: llamar la atención a nivel mundial  que existe un diferendo entre ambos países. Durante cinco años La Paz ha contado con una poderosa caja de resonancia que ha visibilizado sus exigencias a nivel mundial. Desde la perspectiva boliviana no había más remedio que apelar a La Haya puesto que Chile se niega a un diálogo directo sobre la cuestión marítima.  Pareciera, en todo caso, que Bolivia sigue el modelo diplomático argentino en relación a Las Malvinas. Cuanto más denuncias, cuanto más pueda incomodar a Londres tanto mejor. Hasta cierto punto la diplomacia boliviana ha tenido éxito  en poner a Chile a la defensiva. En definitiva Santiago no tiene nada que ganar en el litigio y solo podría ver su postura disminuida ante un fallo favorable a Bolivia.

Media década después, con varias decenas de millones de dólares gastados en sus respectivas delegaciones, abogados y legiones de expertos nada ha cambiado. Los argumentos son los mismos. Santiago dice que todo está zanjado por el Tratado de 1904. El Presidente Sebastián  Piñera reitera que frente a Bolivia Chile: “No tiene problemas ni de mar ni de territorio pendientes”. Bolivia replica  que Chile asumió el compromiso de ceder un acceso oceánico. Ello a través de lo que denomina  el derecho expectaticio.

En algo coinciden, sin embargo, ambos países. Sea cual sea el fallo de la CIJ ninguno tiene la  voluntad de alterar sus políticas. Roberto Ampuero, el canciller chileno, reitera la tradicional postura chilena de “No ceder ni un centímetro de territorio”. El Presidente Morales, por su parte,  advirtió  que “Si  esta demanda no fuera bien, ni se imaginan ustedes que tenemos planes mucho más interesantes que esta primera etapa de batalla legal en la Comunidad Internacional”.

Bolivia no dispone de muchos recursos para presionar a Chile. En algún momento La Paz consideró sus ricas reservas gasíferas como un elemento para la negociación. Pero la idea no prosperó pues Santiago aseguró sus requerimientos a través de otras fuentes. La fuerza militar  tampoco es una opción pues Chile destina diez veces más recursos a la preparación bélica: Mientras Bolivia invierte alrededor de 500 millones de dólares en sus fuerzas armadas sus pares chilenas reciben 5.000 millones de dólares.

La coyuntura regional favorece a Piñera que está en sintonía política con los principales gobernantes sudamericanos.  El latinoamericanismo, postulado por los ideales bolivarianos, ha quedado postergado en la mayoría de las capitales de la región más interesadas en las relaciones económicas. La llave para superar el problema es encontrar una propuesta que favorezca a ambos países y tenga la aprobación de sus pueblos.