Archive

Posts Tagged ‘calentamiento global’

Estados Unidos está de vuelta.

June 29, 2021 Comments off

junio 2021.

El fin del aislacionismo estadunidense quedó a la vista en la cumbre del G-7, 11  al 13 de junio, en Gran Bretaña. El presidente Joe Biden recurrió a la vasta caja de herramientas de la diplomacia de su país. La meta: recuperar terreno entre sus aliados tradicionales. En las palabras de Biden: “América está de vuelta en la mesa”. Aunque no lo dijo en forma explícita quedó sobreentendido que además tomaría la cabecera de la metafórica mesa. En los tiempos que corren fue imposible eludir al invitado de piedra que domina tantos debates: la pandemia del Covid-19. Un titular de la cumbre fue la donación de mil millones de vacunas para repartir a los países más necesitados. En rigor, no es una gran oferta si se considera que son necesarios unos doce mil millones de dosis para que el grueso de las personas reciba las dos inyecciones requeridas. Conviene tener en cuenta también, la convicción generalizada, que para neutralizar al virus es necesario que el grueso de la humanidad esté inmunizado.  Como está en boga decir: nadie está seguro hasta que todos estén seguros.

La pandemia, en todo caso, ha mostrado tener un alto poder persuasivo. Durante muchos años varios gobiernos europeos han tratado de aplicar mayores impuestos a empresas multinacionales. Hoy la elusión masiva está a la orden del día. Algo que se aplica en especial a las grandes empresas como Amazon, Facebook, Google y otras. Estas compañías no disponen de una gran infraestructura y les resulta relativamente fácil desplazarse de un país a otro sin importar donde se encuentra su mercado consumidor.  Algo que les ha permitido una mayor libertad a la hora de definir donde pagarán sus impuestos. Un hecho que ha desencadenado una competencia entre países como la República de Irlanda, Luxemburgo y otros que exigen una tributación muy baja en relación a los beneficios.  Así, megaempresas con ganancias de miles de millones dólares han radicado sus actividades en paraísos fiscales. Esto es algo que cambió en una reunión, la semana anterior a esta cumbre,  a la que concurrieron  los ministros de hacienda de los siete países más poderosos de la esfera capitalista. Tras un debate en que algunos países exigían un impuesto del 21 por ciento terminaron por aplicar una tasa del 15 por ciento. Las mayores reservas provinieron de Estados Unidos donde la medida todavía enfrentará un debate que se anticipa complejo en el Congreso.  La aplicación de impuestos a nivel internacional exige una tasa pareja para evitar la actual competencia, que algunos califican como desleal, ya que ciertos países ofrecen tasas preferenciales. Lo que permitió la unanimidad, que fue inalcanzable durante años, es la pesadilla que aguarda a muchos estados que han desembolsado fortunas en paquetes de ayuda para un gran porcentaje de población confinada. El horizonte del endeudamiento fiscal masivo abatió la oposición de algunos gobiernos contrarios a más intervencionismo estatal. Es un paso importante en la gobernanza financiera internacional.

A nivel de los gobernantes fue abordado el urgente tema del cambio climático. Como ya es habitual se habló de adoptar drásticas medidas para impedir que la temperatura global rebase los 1,5 grados. Con ello en mente propusieron trabajar para reducir las emisiones de CO2 en 50 por ciento para el 2030. Pero a la hora de cuantificar los compromisos prefirieron mantenerse en el campo de las declaraciones de intenciones. El comunicado final llama a salvar al mundo  de una  inminente catástrofe climática. Un paso concreto fue, en todo caso, el acuerdo de los miembros del G-7 de detener toda inversión en nuevas centrales termoeléctricas carboneras. Pero no fijaron una fecha para el adiós al carbón y otras energías fósiles en la generación eléctrica.  Biden aprovechó para criticar a su predecesor señalando: “Tuvimos un presidente, el último, que dijo que el calentamiento global no era un problema…Es él problema existencial   que enfrenta la humanidad”. Pero no se fijó monto ni fecha para la reducción de emisiones.

A lo largo de su campaña presidencial Biden criticó la política unilateralista del Presidente Donald Trump. Consciente de la pérdida relativa del poder hegemónico de Estados Unidos abogó por una vuelta al enfoque multilateral, reforzando en especial las antiguas alianzas con Europa. Washington no ha hecho un pronunciamiento formal pero una serie de gestos apuntan a que la relación transatlántica descansa, en forma creciente, sobre el eje Washington-Berlín. Una de las señales de Biden a Angela Merkel es el levantamiento de sanciones, por parte de Washington, a las empresas que construyen el estratégico gasoducto   Nord  Stream 2, que transportará gas ruso para Alemania sin pasar por Ucrania. No faltan los analistas que leen la medida como una concesión para una Alemania urgida por recursos energético, en momentos que abandona la energía nuclear y reduce su consumo de carbón. Tanto Londres como en París observan el acercamiento entre Washington y Berlín  con cierto nerviosismo pues los relega a una posición de menor protagonismo. Alemania se perfila, para muchos efectos prácticos, como el reemplazo  de Londres como el primer interlocutor en el seno de la Unión Europea. 

 Con China en la mira.

La competencia económica y política entre los grandes poderes suele presentarse encubierta tras principios superiores. En concreto, Biden llamó a la unidad de sus aliados para no ceder la supremacía a las “autocracias”, con lo cual aludía a Rusia y China.  A principios del milenio las preocupaciones geoestratégicas apuntaban al Medio Oriente donde las fricciones entre las mayores potencias fueron recurrentes. Ahora las tensiones se han  desplazado al Extremo Oriente. Washington busca impedir que cristalice una alianza estratégica entre Rusia y China. El acercamiento entre Moscú y Beijín se ha plasmado en ejercicios militares conjuntos, así como en una creciente cooperación en el campo espacial.

En su último comunicado el G-7 señala: “Reiteramos nuestro interés en unas relaciones estables y predecibles con Rusia”… “Reafirmamos nuestro llamamiento a Rusia para que detenga su comportamiento desestabilizador, incluida la injerencia en los sistemas democráticos de otros países, y cumpla con sus obligaciones y compromisos internacionales en materia de derechos humanos”. Pese a lo anterior Biden anticipó que Estados Unidos y Rusia crearán un grupo bilateral para mantener un “Dialogo de Estabilidad Estratégica” . Su tarea será el control de armamentos y medidas de reducción de riesgos bélicos.  Frente a China y la competencia en la economía global, el G7 prometió responder a “las políticas y prácticas no comerciales que socavan el funcionamiento justo y transparente de la economía global. En el contexto de nuestras respectivas responsabilidades en el sistema multilateral, cooperaremos abordando el cambio climático y la pérdida de biodiversidad en el contexto de la COP26 y otras discusiones multilaterales. Al mismo tiempo, promoveremos nuestros valores, pidiendo a China que respete los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

El brazo militar

Aprovechando la presencia de los mandatarios del G-7 la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizó una reunión cumbre en su sede en Bruselas.  Allí, el 14 de junio , los 30 países miembros, liderados por Estados Unidos escudriñaron el horizonte para determinar las amenazas que enfrenta la más poderosa alianza militar de la historia, fundada en 1949, en el marco de la emergente Guerra Fría para encarar a sus pares orientales liderados por la Unión Soviética, en el ahora extinto Pacto de Varsovia. Entonces, un general inglés, con típico cinismo, explicó que la misión de la OTAN era: “Mantener a los americanos en Europa, a los rusos fuera de ella y a los alemanes, pequeños”. Desde entonces la OTAN ha vivido un cambio radical en sus objetivos. El principio rector de la alianza es la seguridad colectiva o, en palabras de los Tres Mosqueteros: “Uno para todos y todos para uno”. Lo que significa que el ataque contra uno de los países miembros equivale a un ataque contra todos los estados que la conforman.  La OTAN dio un paso decisivo en 1999 cuando de una estructura defensiva tomó la iniciativa unilateral, sin aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y desencadenó una ofensiva militar contra Belgrado para proteger lo que consideró la población amenazada de Kosovo. En julio de 2006 amplió su radio de acción en forma drástica con el envío de tropas a Afganistán.

Ahora su radio de acción parece no tener límites.  China, a pedido de Estados  Unidos, ha comenzado a figurar en el radar de la OTAN. El comunicado final  del encuentro puntualiza:  “Las ambiciones declaradas de China y su comportamiento asertivo  presentan un desafío sistémico al orden internacional basado en reglas en áreas relevantes para la seguridad de la alianza”. Jens Stoltenberg, el secretario general de OTAN, declaró, por su parte, que “China se acerca a nosotros. Lo vemos en el ciberespacio, vemos a China en África, pero también vemos a China invirtiendo fuertemente en nuestra propia infraestructura crítica” en alusión a puertos y redes de telecomunicaciones”.  Stoltenberg precisó que “No entramos en una nueva Guerra Fría y China no es nuestro adversario, nuestro enemigo, pero debemos abordar como alianza los retos que supone China para nuestra seguridad”. En una rueda de prensa apuntó a la inquietud causada por el comportamiento de Beijing en el mar de China Meridional, su manera de castigar las manifestaciones democráticas en Hong Kong o de perseguir a minorías y el uso de nuevas tecnologías como redes sociales o el reconocimiento facial para “controlar y vigilar” a su propia población “de manera nunca antes vista”.

La relación económica con China, en todo caso, es clave para muchos países miembros de la OTAN comenzando por Alemania. Como es habitual la canciller Angela  Merkel marcó distancias y llamó a mantener una posición equilibrada frente a Beijing. Otro tanto hizo el presidente francés Emmanuel  Macron que llamó a la OTAN a no desviarse de su “misión esencial” y deteriorar la relación con China. Macron señaló que si bien existen rivalidades con Beijing es también un socio indispensable para resolver grandes problemas actuales, como el climático.

En lo que toca a China la reacción fue rápida. Beijing denunció que la OTAN calumniaba su desarrollo pacífico y se impulsaba “la teoría de la amenaza china”. La embajada china ante la Unión Europea acusó “una mentalidad de guerra fría   que busca enfrentamientos artificiales”. La nota precisó que “China no presentará ¨desafíos sistémicos” para nadie pero no permaneceremos sentados y pasivos si  “desafíos sistémicos” se acercan a nosotros”.  En Londres la embajada china declaró que: “Los días en que las decisiones globales eran dictadas por un pequeño grupo de países pasaron hace tiempo”.

En todo caso, como en los tiempos del enfrentamiento entre Moscú y Washington la pugna entre Chinas y Estados Unidos se proyecta a todos los planos. Y, en esa medida, puede dejar algunos beneficios para terceros países. Biden señaló la intención de su gobierno  de lanzar una iniciativa para el período post Covid-19 denominada  Build Back Better World,   que es expresada a través de la fórmula B3W. El plan consistiría en inversiones para ayudar al desarrollo de los países más rezagados. En lo hechos aparece como una respuesta directa a la Belt and Road Initiative (BRI) de China que ha fomentado la construcción de vías férreas, puertos y carreteras en las regiones   de interés para el comercio chino.

En la esfera de la narrativa Washington busca presentar la confrontación, por el liderazgo mundial, como la vieja pugna entre las democracias y las ahora llamadas autocracias. Pero a la hora de definir los campos los diversos países buscarán quien les otorga mayores beneficios.  Cada uno determinará hasta qué punto China o Estados Unidos es un socio, un competidor o una amenaza para sus intereses.

Europa tras un Pacto Verde.

December 12, 2019 Comments off

 

 

El viejo continente quiere liderar el mundo en la lucha contra la contaminación y el calentamiento global. Mientras sesiona la conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima, la COP 25, en Madrid,  fue presentado el plan maestro de la Unión Europea (UE) para frenar la degradación ambiental.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea , expuso las  metas  de lo que llamó el “Pacto Verde” ( Green Deal para los anglosajones), que busca convertir a la UE en un continente climáticamente neutro de aquí al 2050. Esto es que las emisiones de CO2  y otros gases de efecto invernadero (GEI) sean reducidos y compensados con, por ejemplo, la reforestación. Es una meta ambiciosa que exige medidas radicales en una variedad de campos que abarcan el transporte, la energía, la agricultura, procesos extractivos e industriales,  los hábitos de consumo ciudadanos, entre otros. Es decir, afecta al conjunto de las economías y el estilo de vida de las personas.

En el rubro del transporte, por tomar un área,  será necesario revisar las normas de emisiones de vehículos de los 28 países miembros. Ya se esbozan planes para la expansión de las redes ferroviarias del continente y  disminuir el vuelo de aviones. La electro movilidad pasa a primera línea  y para ello se anticipa la instalación de un millón de puntos de recarga de baterías para automóviles.

La Comisión propone que al menos 25 por ciento del presupuesto de la UE esté destinado a la transición ecológica. Según los cálculos  serán necesarios unos 300 mil millones de euros  para alcanzar el objetivo fijado al 2050. Desde  2021 40 por ciento del presupuesto destinado a la política agrícola común  y 30 por ciento de los subsidios a las pesquerías irá a la reducción de las emisiones de los GEI. A nivel internacional todo nuevo acuerdo comercial estará condicionado a que los países cumplan con lo estipulado en el Acuerdo de París, firmado en 2015. Los productos destinados a la UE deberán cumplir  con las mismas exigencias que sus productores. La propuesta debería tener una buena acogida entre los  eurodiputados que declararon, en noviembre, la “emergencia climática” en Europa.

Von der Leyen afirmó que el  Pacto Verde “no es solo una necesidad, será un motor de nuevas oportunidades económicas”. A la par advirtió  que las propuestas transformarán el estilo de vida, de consumo y de trabajo, pero velando por los que se vean más afectados por los cambios. Von der Leyen habló de una “transición justa” y para ello espera disponer de hasta cien mil millones de euros entre 2021 y 2027. El fondo estará destinado a ayudar a los países más dependientes del carbón de Europa oriental, con Polonia a la cabeza. Está por ver si el  Pacto Verde es una declaración de intenciones o será una efectiva hoja de ruta para la mejora del medio ambiente.

Nuestra casa arde.

November 28, 2019 Comments off

 

“Emergencia climática y ambiental” en la Unión Europea (UE). Así definió el Parlamento Europeo la realidad que vive el viejo continente. En un voto -429 a favor y 225 en contra- la eurocámara urgió a sus 28 países miembros a “luchar y contener esta amenaza antes de que sea demasiado tarde”. En concreto pide a los estados reducir a cero sus emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050.

El voto es simbólico en tanto no propone de medidas concretas y vinculantes. Es, es ante todo,  un llamado de atención a días del comienzo de la gran reunión ambiental de Naciones Unidas, la  COP 25, que tendrá lugar en Madrid. Hoy queda claro, dicho sea de pasada,  cuan lucida fue la decisión de cancelar la realización del evento en Santiago.  La alemana Ursula von Leyen, la nueva presidenta  de la Comisión Europea, señaló está semana que la crisis climática es “una amenaza existencial” para la humanidad. A su juicio la UE  debe liderar la lucha contra el  peligro del calentamiento global.

Después de décadas de advertencia crece el número de científicos que creen que ya es demasiado tarde. Una serie de estudios apuntan a que el planeta ya alcanzó un punto de inflexión. Esto es cuando una serie de factores producen una retroalimentación positiva. Cada cual nutre al siguiente configurando  una avalancha irreversible.

Un ejemplo de retroalimentación positiva es la pérdida de las grandes capas de hielo. El Ártico, Groenlandia, la Antártica  y glaciares pierden superficie. Los hielos  reflectan alrededor de 80 por ciento  de los rayos solares. En tanto que la vegetación del orden de 20 por ciento. A este fenómeno se le llama albedo,  el promedio para el planeta es 30 por ciento. Al derretirse los hielos la radiación solar penetra en las aguas oceánicas y eleva su temperatura lo que acelera aún más la desaparición de los hielos. El calentamiento en la región ártica afecta la capa de permafrost (permahielo) que libera grandes cantidades de dióxido de carbono y metano. Estos gases, a su vez, agudizan el efecto de invernadero que genera más temperaturas.

La  selva amazónica es determinante para al clima de la tierra. Allí  se observa que, desde 1990, perdió 17 por ciento de superficie. Según algunas estimaciones ya con la destrucción de 20 por ciento de su tamaño original podría puede alcanzar el punto de inflexión, el momento en comienza su destrucción masiva.

La presión ejercida sobre el planeta es de proporciones que escapan a cualquier gobierno. Solo una acción concertada puede contener el impacto de la destrucción ambiental. Pero hasta ahora no se aprecia una voluntad política, por parte del grueso de los estados, por deponer sus intereses nacionales. Ello llevó a un parlamentario europeo a proclamar que “nuestra casa está en llamas”.

Amazonía: amenaza al pulmón del mundo.

July 4, 2019 Comments off

 

Otro récor: este mes de junio fue el más caluroso registrado en Europa. Al otro lado del Atlántico, en el Amazonas brasileño, no es el batir de alas de  mariposas sino que el rugido de las máquinas topadoras el que altera los ánimos. La mayor selva tropical del planeta desaparece a velocidad galopante. Eliane Brum, una reconocida periodista brasileña, señala que la deforestación “en  2019, el mes de mayo mostró un aumento del 34 por ciento con relación al de 2018: en solo un mes, desaparecieron 739 kilómetros cuadrados de selva, el equivalente a dos canchas de fútbol por minuto”. Es un tema que preocupa a todos pues la región genera 20 por ciento del oxígeno planeta.  Como tal es clave en la absorción del CO2, el principal gas de efecto invernadero, causante del calentamiento global.

La situación se ha agravado de manera aguda desde que Jair Bolsonaro asumió la presidencia hace seis meses. A lo largo de su campaña electoral  dejó claro que favorecía la apertura de la región a empresas ganaderas, madereras y mineras  antes que su conservación. Ello  en territorios que, en muchos casos, corresponden a tierras protegidas de los pueblos indígenas.

En la reciente reunión del G-20, en Japón, Bolsonaro apoyó con el resto de los participantes los Acuerdos de París, de 2015,  para combatir el cambio climático. Lo hizo abandonado al Presidente Donald Trump con quien tiene una gran afinidad política. Comparte además con él el escepticismo sobre el calentamiento global. Pese a ello dejó a  Estados Unidos aislado en la declaración final de la cumbre. Era la condición que le fijó la Unión Europea (UE) para la firma de un tratado de libre comercio con el Mercosur  en que participan a Brasil y Argentina entre otros. Como previsto el 28 de junio la UE y el Mercosur rubricaron el acuerdo que ha sido negociado durante  dos décadas. Chile se desgajó del Mercosur y firmó su propio tratado en 2003.

Los ecologistas europeos, representados por los ascendentes partidos verdes, han advertido que impedirán la ratificación del tratado a menos que Brasil de garantías de preservar la Amazonía y respetar a las poblaciones indígenas. Por su parte, François de Rugy,  ministro francés de Transición Ecológica y Solidaria,  apuntó que el tratado comercial “no ha sido ratificado aún, y no lo será a menos  que si Brasil respeta sus compromisos…No habrá ratificación si Brasil continúa con la deforestación” en el Amazonas advirtió Rugy.

El general ( r) Augusto Heleno, ministro del Gabinete de Seguridad Institucional y que se desempeñó como jefe del Comando Militar de la Amazonia, respondió desafiante: “¿Quién tiene moral para hablar de la conservación del medio ambiente de Brasil?”. Es una repuesta riesgosa para Brasilia. Hace algunas décadas en Estados Unidos se postuló convertir a la Amazonia en patrimonio de la humanidad.

La extinción avanza.

June 6, 2019 Comments off

 

 

Estados Unidos tiene uno de los “climas más limpios”, viene de declarar el Presidente Donald Trump durante su visita al Reino Unido. En la oportunidad culpó a China, India y Rusia por el deterioro de la calidad del aire y el agua. El viejo hábito de culpar a otros sin asumir las responsabilidades propias. El negacionismo de Trump no solo se expresa con su chiste recurrente  cuando enfrenta una audiencia en un día frio: “¿ Dónde está el calentamiento, por favor tráiganlo?” Según el  New York Times el gobierno ha instruido a los científicos que preparan las proyecciones climáticas para el informe del  National Climate Assessment, previsto para 2022,  que omitan los peores escenarios sobre cambio climático. También se les instruyó que no hagan proyecciones más allá del 2040, cuando se experimentará el mayor impacto.

 

El método para medir las concentraciones de gases de efecto invernadero, de los cuales el principal es el CO2, es determinar la partículas por millón (PPM). Hace una década comenzó una campaña para que las PPM no superaran las 350. En mayo de este año alcanzaron a las 414,8. A este ritmo el planeta camina a las 450 PPM en una década. Alrededor de esa cota los científicos vaticinan  un punto de inflexión; se precipitarán una serie de reacciones en cadena con aumentos de temperatura que provocarán  eventos catastróficos: derretimiento de los polos y glaciares; en los Andes los glaciares ya han perdido 70 por ciento de su masa. Subida del nivel de los  mares y alteración de los padrones de lluvias, que redundará en sequías, las lluvias en México y Centro América han disminuido  a la mitad, en algunas regiones se desatan enormes incendios forestales y en otras huracanes e inundaciones. El impacto, que ya está a la vista,  golpea profundo a las sociedades más pobres en África y el Medio Oriente. En Asia los grandes ríos que fluyen de los  Himalayas, que surten a más de mil millones de personas, han perdido un tercio de su flujo.

 

La proyección de las pérdidas  económicas realizadas por 215 de las mayores corporaciones internacionales alcanza a un trillón  de dólares.  Algunas empresas ya han sucumbido a los efectos del calentamiento global como la Pacific Gas and Electric,  la mayor compañía eléctrica de California, que se declaró en quiebra tras enfrentar demandas por 30 mil millones de dólares a causa de una ola de devastadores incendios forestales. Sus líneas de transmisión habrían desencadenado algunos de los siniestros que ganaron fuerza gracias a la sequía. El costo de los últimos huracanes se acerca también al trillón de dólares. Aun dejando de lado las muertes y el sufrimiento, está cercana la hora en que el inmovilismo resultará más caro que enfrentar el cambio climático.

 

 

Mozambique: una tormenta perfecta.

March 21, 2019 Comments off

 

La gente huía despavorida por la planicie costera de Mozambique. Vientos huracanados, de 170  kilómetros por hora,  agitaron el Océano Indico creando olas gigantescas que entraron kilómetros tierra adentro. Una lluvia cerrada engrosó los ríos que desbordaron sus cauces. Los niveles de las aguas en muchos puntos sobrepasaron los techos de las casas. Un último recurso fue subir a las copas de los árboles. Para desgracia de los fugitivos cuanta criatura viviente capaz de trepar ya había buscado  refugio en ellos. Así, los árboles estaban repletos de culebras, arañas, roedores  y otros bichos.

El balance del ciclón Idai arroja hasta este momento más de 300 muertos y se estima que la cifra final superará el millar.  Las personas desplazadas en Mozambique, Zimbabue y Malawi  suman millones que están en condiciones de extrema precariedad. Una de las localidades más afectadas es la ciudad costera de Beira, con medio millón de habitantes, donde cerca de 90 por ciento de sus edificaciones resultaron dañadas o destruidas. Ello incluye hospitales, colegios y los precarios caminos de la región.

Idai ya es considerado como el mayor desastre climático del hemisferio sur.  Ninguna tormenta tropical puede ser atribuida a una causa única. Pero en la ferocidad de Idai contribuyen dos factores derivados del calentamiento global: el aumento de la temperatura de los mares y la subida de sus niveles.  Son las mismas condiciones que, en los últimos años,  han provocado un número récor de huracanes que han barrido el Caribe y la costa atlántica de Estados Unidos. La inequidad determina que en África las pérdidas, en todos los campos, sean  mucho mayores. En Estados Unidos las muertes son menores pero la  temporada de huracanes de 2017 fue una de las más costosas en la historia del país. Según estimaciones de AccuWeather, el costo combinado de Harvey, que arrasó el estado de Texas y los daños causados por Irma en Florida superaron los 290 mil millones de dólares.

En diciembre Chile  será la sede de la llamada Conferencia de las Partes (COP, versión 25) organizada por Naciones Unidas.  Esta es la instancia que reúne a los gobiernos, científicos y activistas ambientales para debatir cómo frenar el calentamiento global. Las diferencias de criterio entre los países  y el efectivo lobby de la industria del carbón, las petroleras y las automotrices  han neutralizado medidas urgentes. Noventa mega  industrias son responsables de más del 40 por ciento de las emisiones de CO2, el principal de los gases de efecto invernadero. Ellas contribuyeron a  que Estados Unidos se marginase del Acuerdo de París de 2015, que instaba a los países a fijar modestas metas de reducción de las emisiones. La ausencia de acuerdos internacionales vinculantes augura que en  Santiago tampoco se detendrá la mayor amenaza que pesa sobre todos nosotros.

Cambio climático y colapso.

December 6, 2018 Comments off

 

Cada semana un nuevo informe científico apunta al peligro del calentamiento global. Reunidos en Polonia tiene lugar la COP 24, la conferencia de Naciones Unidas, que cual circo itinerante va de un país a otro para discutir qué hacer frente al cambio climático. En esta oportunidad se dio la palabra David Attenborough, el respetado naturalista inglés que ha realizado para la BBC extraordinarios documentales sobre la vida silvestre del planeta. En sus palabras; “El cambio climático es la mayor amenzaa para la humanidad en miles de  años… Si no actuamos el colapso de nuestra civilizaciones y la extinción de buena parte del mundo natural están en el horizonte”.

Pese a la acumulación masiva de la evidencia, que ya vivimos una crisis mayúscula,  aumentan los que prestan oídos sordos a las advertencias. 17 agencias del gobierno estadounidense le señalan a la Casa Blanca  que el país pagará inmensos costos, como ya lo hace,  si no adopta medidas para reducir las emisiones. Ante ello el Presidente Donald Trump se limitó a decir, sin más,  que no lo cree.  Ernesto  Araújo, que será el ministro de Relaciones Exteriores del Presidente electo Jair Bolsonaro, que asume el 1 de enero, señaló que  el calentamiento global no pasa de ser una argucia para causar alarma  y, por esa vía, “aumentar el poder de las instituciones internacionales sobre los estados nacionales y sus poblaciones”. El objetivo es  “sofocar el crecimiento económico en los países capitalistas democráticos”, favoreciendo a China que promueve la “ideología del cambio climático”.

En el polo contrario destaca Emmanuel Macron, el presidente francés, que anunció impuestos para los combustibles fósiles. Además adelantó cambios a la matriz energética de su país: eliminación del carbón en la producción eléctrica. A la par de una reducción sustantiva de la generación nucleoeléctrica. En  lo que toca a lo impuestos a los carburantes Macron enfrentó una rebelión masiva de  los llamados “chalecos amarillos”. Los desórdenes liderados principalmente por sectores de extrema derecha obligaron a Macron a dar una vuelta en U y anularlos.  En el caso francés hay una saturación con la austeridad impuesta tras la crisis financiera del 2008. Algo que ha llevado a un permanente recorte de prestaciones sociales entre las que se cuenta más años de trabajo para jubilar. Así los llamados impuestos verdes fueron la gota que rebalsó el vaso.

Los esfuerzos por moderar y reducir el aumento de las temperaturas son convenientes para el conjunto de la vida en el planeta incluido, por supuesto, los humanos. Los más expuestos, en todo caso, con los cambios climáticos son los más necesitados que sufren los rigores de huracanes, inundaciones, sequías y nuevas enfermedades. De allí que combatir las políticas contra el calentamiento global perjudica, en primer lugar, a los más desvalidos

La tierra se asfixia.

August 2, 2018 Comments off

El mercurio sube a niveles récores en los termómetros. Toda Europa vive uno de los veranos más cálidos jamás registrados. A lo largo de Asía para culminar con Japón  la canícula no da tregua. En diversos países estallan  masivos incendios forestales  que van desde las regiones árticas de Suecia a la mediterránea Grecia. California, por su parte,  debe evacuar a decenas de miles de personas ante siniestros que se repiten año a año. Algo que no es sorprendente si se considera  que los diez años más calurosos registrados, desde 1998, son precisamente los correspondientes a la última década.   El calentamiento global está aquí y todo apunta a que vendrán calores aún peores.

La base  de este vaticinio descansa en que la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) liberados en la atmósfera de la tierra, en  2017, alcanzó máximos históricos, según lo consigna el Informe Anual del Estado del Clima, recién publicado por el gobierno de Estados Unidos.

La concentración media mundial de dióxido de carbono (CO2) en la superficie la terrestre en 2017 fue de 405 partes por millón (ppm), es decir, 2,2 ppm más que las registradas en 2016.  Ello significa la concentración de gases fue la más alta desde que existe un registro. Los GEI y el CO2, en particular, son los  principales causantes del calentamiento global.

En mi reciente  libro “Desastres” señalé  que las mayores  conmociones que vive el planeta son resultantes de actividades humanas. Las grandes sequías, el derretimiento de glaciares y cascos polares, así como huracanes cada vez más virulentos son resultantes de los emprendimientos humanos. Una organización internacional, la  Global Footprint Network (Red de las Huella Global), estudia la explotación de las tierras y las materias primas. Luego calcula el impacto de las emisiones y deshechos sobre el conjunto del planeta. Este año fijaron el 1 de agosto como el día en que la humanidad excedió la capacidad del planeta para regenerar lo consumido. Dicho en otras palabras lo que se consuma de aquí a fin de año la tierra no podrá reponerlo y tampoco podrá absorber lo emitido y desechado. Los expertos de la Red señalan que  consumimos 1,7 veces más recursos que lo que los  escosistemas son capaces de regenerar.  Esto significa pérdida de biodiversidad, deforestación, erosión de tierras,  escasez de agua dulce, contaminación de los mares y colapso de la vida marina.

Entre las medidas que propone la Red para frenar el deterioro ambiental  figura reducir en un tercio el kilometraje recorrido por vehículos. Ello, reforzando el transporte público, caminando y con bicicletas.  Reducir a la mitad el desperdicio de alimentos. En materia de comida señala que se requiere 14 veces más tierra para producir una tonelada de carne de res que pera producir una tonelada de granos.  El ganado genera nueve por ciento de los GEI.

La Red estima qué impacto tiene cada país en el deterioro del medio ambiente. Es un cálculo teórico basado en los niveles de consumo y emisiones sin tener en cuenta su gravitación total sobre el planeta. Si se consideran los indicadores de Chile en vez del 1 de agosto el 2 de junio habríamos agotado los recursos para todo el año.

La mayor amenaza

December 21, 2017 Comments off

Estados Unidos cambia sus prioridades frente a lo que considera sus mayores desafíos en la arena internacional.  Así se desprende de la recién publicada Estrategia de Seguridad Nacional (ESN). En ella el  énfasis está puesto en  recuperar la competitividad de la economía estadounidense a nivel mundial.

El documento está inspirado en las líneas gruesas de discursos pronunciados por el Presidente Donald Trump.  Del texto emana un claro retorno a la mentalidad que dominó durante las décadas de la Guerra Fría. El acento está en la confrontación con China y Rusia. Trump apunta a que ambos países “buscan desafiar la influencia americana, sus valores y su riqueza”.  La ESN puntualiza que “luego de haber sido descartada  como un fenómeno de siglo pasado la competencia entre las grandes potencias ha vuelto”.  Continúa señalando que  China y Rusia  insisten “en hacer sus economías menos libres y justas, en expandir su poderío militar, así como controlar la información y  los datos para reprimir sus sociedades y ampliar su influencia”.

Una consecuencia de la vuelta a la confrontación del siglo XX es la importancia que Trump atribuye a las armas nucleares. A su juicio ellas constituyen “la base de nuestra estrategia para mantener la paz y disuadir alguna agresión contra Estados Unidos”. Un marcado cambio en relación al gobierno de Barack Obama que buscó  rebajar el perfil del poderío nuclear en la política exterior de su país.

Uno de los virajes más dramáticos de la ESN es la remoción del cambio climático  de las prioridades de seguridad de Washington. Ello es consecuente con el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París, firmado por la casi la totalidad de las naciones en 2015. En concreto el gobierno de Trump retiró el compromiso de aportar dos mil millones de dólares al Fondo Verde para el Clima destinado a mitigar el impacto del calentamiento global. El contraste con las políticas de la administración de Obama es aguda. En su ESN, de 2015, se postuló que el cambio climático  era un tema “urgente  y una creciente amenaza para nuestra seguridad nacional”.

En los hechos el calentamiento global es desde todo punto de vista la mayor amenaza que enfrenta el conjunto de la humanidad. Desde los huracanes, como Harvey y María,  que devastaron regiones de Estados Unidos y el Caribe hasta el aluvión de arrasó a Villa Santa Lucía. El deshielo y desmoronamiento de glaciares ocurren en el Himalaya, los Andes, los Alpes y otras cadenas montañosas. El cambio de los regímenes de lluvias produce inundaciones que desplazan a decenas de millones de personas. Regiones de África y Asia  sufren hambrunas a causa de malas cosechas. El eslogan de Trump de poner “América primero” no aplica al calentamiento global pues no hay primeros ni últimos. Es un gran yerro poner el calentamiento global en una perspectiva de dominio hegemónico mediante incremento del empleo del carbón y el petróleo.  Todos los países , quizás algunos más que otros, sufren las consecuencias de cambios que multiplican los desastres.  El reto climático es un asunto de todos.

Huracanes: crónica de desastres anunciados

September 21, 2017 Comments off

El huracán Irma es el  más potente jamás registrado, con vientos sostenidos de 295 kilómetros por hora. El huracán Katrina, que en 2005 se abatió sobre Estados Unidos devastando Nueva Orleáns, alcanzó vientos de hasta 225 kilómetros por hora. Fue el tercero más intenso desde que, en 1851, se lleva un registro.

 

A su paso por el Caribe y Estados Unidos Irma sembró destrucción y dejó 55 muertes.  La tormenta partió  como categoría dos, el 2 de septiembre, y alcanzó con el correr de los días el nivel máximo de cinco. Ello por la alta temperatura del mar, que en las proximidades  de Florida el agua  llegó a registrar 30 grados, ya con 26 grados pueden gestarse grandes tormentas. Hace décadas los climatólogos anticiparon, para Estados Unidos,  un aumento de cinco a diez por ciento en la velocidad del viento de los huracanes conforme al aumento en la temperatura del mar.

 

Además los altos niveles de humedad y los vientos verticales   fortalecieron la potencia  de Irma. Las mismas condiciones  que permitieron el huracán Harvey, José, Katia que avanzó por el Golfo de México y afectó al estado mexicano de Veracruz y María que recorrió el Caribe devastando Puerto Rico y otras islas. Es la primera vez que tres  huracanes de categoría cinco irrumpen en un mismo año.

 

 

La temporada de huracanes 2017 ha sido una de las más devastadoras y también  una de las más costosas en la historia de Estados Unidos. Según estimaciones de  Accuweather el costo combinado de  Harvey, que arrasó el estado de Texas y los  daños causados por  Irma en Florida podrían superar  los 290 mil millones de dólares.

 

El gobierno de Trump por la boca de  Scott Pruitt, el director de la Agencia de Protección Ambiental, adalid de los negacionistas del cambio climático, señaló que era una insensibilidad  discutir sobre el calentamiento global  en medio de las tormentas. En realidad para Pruitt no hay nada que discutir pues, como el Presidente Donald Trump, cree que el calentamiento global es una invención de los chinos para perjudicar la economía estadounidense. Tomás Regalado, el alcalde  republicano de Miami,  le respondió  que si este no era el momento cuándo será el tiempo apropiado. A juicio  de Regalado, cuyos votantes debieron refugiarse del embate de Irma, “Si esto no es  cambio climático yo no sé lo que es”.

 

En Estados Unidos hay una formidable alianza de la industria pesada con las petroleras y carboneras para negar el calentamiento global. Ello  porque les resulta caro reducir sus emisiones de gases causantes del efecto invernadero que hace subir las temperaturas.  Mediante masivas campañas  de desinformación  han logrado instalar dudas sobre las causas del cambio climático negando que ello se deba, ante todo, a las actividades humanas. Este  fabricado escepticismo permitió a Trump renunciar a los compromisos asumidos en los Acuerdos de París para combatir el calentamiento global.

 

Un informe, publicado por el medio especializado Climatic Change, señala que a nivel mundial 90 compañías son responsables de 42 a 50 por ciento  del aumento de las temperaturas en tierra y de 26 a 32 en los océanos.