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Putin y la opción nuclear.

March 5, 2022 Comments off

Albert Einstein  anticipó: “Yo no sé  con qué armas se peleará en la Tercera Guerra Mundial, pero la  Cuarta Guerra Mundial  será disputada con palos y piedras”.  De pronto, a partir de la invasión rusa a Ucrania, es evocada la probabilidad de una guerra mundial Peor aún, que en este posible conflicto, que todavía parece distante, emerge el fantasma que sean empleadas armas atómicas como temía Einstein 

Ello. porque el   presidente ruso Vladimir Putin ha amenazado con echar mano a su arsenal nuclear. Con ello ha cruzado una “línea roja”, como en la jerga de las relaciones internacionales llaman traspasar un umbral vedado. Putin había hecho alusiones indirectas al empleo de armas atómicas.  Días antes de la invasión a Ucrania asistió a una serie ejercicios militares en la vecina Bielorrusia. En las maniobras presenció el despliegue de unidades de fuerzas de misiles estratégicos capaces de portar ojivas nucleares. En la oportunidad Putin habló sobre la enorme capacidad destructiva de las armas de su país. Entonces aprovechó de advertir: “Quiero recodarles que Rusia es una de las potencias nucleares más poderosas del mundo” Agregó, por si quedaban dudas al respecto, “Esto es una realidad, no solo palabras” Remachó señalando que “Rusia está reforzando sus fuerzas de disuasión nucleares”.  Aprovechando un mensaje televisado del encuentro con su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, señaló “Los países occidentales no solo están tomando medidas económicas hostiles contra nuestro país, sino que los líderes de los principales países de la OTAN están haciendo declaraciones agresivas sobre nuestro país”… “Por ello ordeno trasladar las fuerzas de disuasión de Rusia a un régimen de servicio especial”. En lenguaje llano: se alertan las unidades responsables del arsenal atómico. Algunos expertos señalan que la medida podría incluir el despacho a alta mar de submarinos portadores de misiles nucleares de largo alcance. Los propósitos de Putin son deliberadamente ambiguos. Algunos estrategas estiman que son insinuaciones destinadas a intimidar en tanto otros creen que son amenazas a ser tomadas con seriedad. Hasta el momento parecen primar los que estiman que son solo palabras.  

Ante la duda todas las partes redoblarán su vigilancia. Muy especialmente de   los submarinos que constituyen una de las plataformas bélicas más temidas. Una vez que se sumergen son muy difíciles de rastrear. No es vano esta arma es calificada como “el servicio silencioso”. A lo largo de la Guerra Fría se desarrollaron enormes unidades de inteligencia destinadas a saber todo lo posible sobre la ubicación de los submarinos, especialmente aquellos a propulsión nuclear que pueden permanecer sumergidos por muchos meses. Una de las pocas vulnerabilidades de estas plataformas es la necesidad de comunicarse para recibir órdenes de sus mandos. Para explotar este punto débil fueron desarrollados satélites especiales capaces de interceptar los mensajes. Tanto Rusia como Occidente desplegaran sus recursos para monitorear una de las armas de enorme letalidad y cuyo paradero suele ser un enigma.

La orden de Putin, en todo caso, no significa que Moscú esté preparando un ataque nuclear. Es una reiteración de la doctrina rusa publicada en 2020 que estipula que el país se reserva el derecho al empleo de armas nucleares en caso que su mera supervivencia esté amenazada. Con todo, la alusión al empleo del arma nuclear, considerada por todos como un recurso “de última instancia”, aparece  desmedida, y rompe con la tradición de no mentarla con ligereza.  La invocación al poderío nuclear moscovita en respuesta a la avalancha de sanciones económicas, desencadenada tanto por gobiernos como por grandes empresas occidentales, aparece completamente fuera de lugar.  Las medidas comerciales adoptadas contra Rusia sin duda son severas y causarán sufrimientos y debilitarán su economía. Pero están lejos de representar una amenaza existencial. Por lo que el solo el solo hecho de sacar a la palestra su arsenal atómico, bien conocido por estados en todo el mundo, fue repudiado en numerosas capitales. La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas Linda Thomas-Greenfield dijo que Putin  “ha hecho todo lo posible  por causar miedos en el mundo”. Por su parte, Jens Stoltenberg, el noruego Secretario General  de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), denunció que  las palabras de Putin “se sumaban a la retórica  que hemos escuchado  desde Rusia por varios meses, especialmente en las últimas semanas  en las cuales no solo se ha amenazado a Ucrania sino que también  alcanzan a varios países aliados de la OTAN”.

El incendio causado por un proyectil, presuntamente disparado por fuerzas rusas. desató un principio de incendio en al complejo nuclear de Zaporiyia. El incidente, sin precedentes, causó la más viva alarma a nivel mundial pues podría provocar una fuga radioactiva de alguno de sus reactores núcleo eléctricos. Es la primera vez que reactores nucleares son escenario de combates. En definitiva, el hecho no tuvo mayores consecuencias, pero reaviva los temores al empelo de la energía nuclear, incluso para fines pacíficos.

Ante cada conflicto cabe recordar la vieja máxima: se sabe cómo empiezan las guerras, pero no se sabe cómo terminarán.

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Estados Unidos está de vuelta.

June 29, 2021 Comments off

junio 2021.

El fin del aislacionismo estadunidense quedó a la vista en la cumbre del G-7, 11  al 13 de junio, en Gran Bretaña. El presidente Joe Biden recurrió a la vasta caja de herramientas de la diplomacia de su país. La meta: recuperar terreno entre sus aliados tradicionales. En las palabras de Biden: “América está de vuelta en la mesa”. Aunque no lo dijo en forma explícita quedó sobreentendido que además tomaría la cabecera de la metafórica mesa. En los tiempos que corren fue imposible eludir al invitado de piedra que domina tantos debates: la pandemia del Covid-19. Un titular de la cumbre fue la donación de mil millones de vacunas para repartir a los países más necesitados. En rigor, no es una gran oferta si se considera que son necesarios unos doce mil millones de dosis para que el grueso de las personas reciba las dos inyecciones requeridas. Conviene tener en cuenta también, la convicción generalizada, que para neutralizar al virus es necesario que el grueso de la humanidad esté inmunizado.  Como está en boga decir: nadie está seguro hasta que todos estén seguros.

La pandemia, en todo caso, ha mostrado tener un alto poder persuasivo. Durante muchos años varios gobiernos europeos han tratado de aplicar mayores impuestos a empresas multinacionales. Hoy la elusión masiva está a la orden del día. Algo que se aplica en especial a las grandes empresas como Amazon, Facebook, Google y otras. Estas compañías no disponen de una gran infraestructura y les resulta relativamente fácil desplazarse de un país a otro sin importar donde se encuentra su mercado consumidor.  Algo que les ha permitido una mayor libertad a la hora de definir donde pagarán sus impuestos. Un hecho que ha desencadenado una competencia entre países como la República de Irlanda, Luxemburgo y otros que exigen una tributación muy baja en relación a los beneficios.  Así, megaempresas con ganancias de miles de millones dólares han radicado sus actividades en paraísos fiscales. Esto es algo que cambió en una reunión, la semana anterior a esta cumbre,  a la que concurrieron  los ministros de hacienda de los siete países más poderosos de la esfera capitalista. Tras un debate en que algunos países exigían un impuesto del 21 por ciento terminaron por aplicar una tasa del 15 por ciento. Las mayores reservas provinieron de Estados Unidos donde la medida todavía enfrentará un debate que se anticipa complejo en el Congreso.  La aplicación de impuestos a nivel internacional exige una tasa pareja para evitar la actual competencia, que algunos califican como desleal, ya que ciertos países ofrecen tasas preferenciales. Lo que permitió la unanimidad, que fue inalcanzable durante años, es la pesadilla que aguarda a muchos estados que han desembolsado fortunas en paquetes de ayuda para un gran porcentaje de población confinada. El horizonte del endeudamiento fiscal masivo abatió la oposición de algunos gobiernos contrarios a más intervencionismo estatal. Es un paso importante en la gobernanza financiera internacional.

A nivel de los gobernantes fue abordado el urgente tema del cambio climático. Como ya es habitual se habló de adoptar drásticas medidas para impedir que la temperatura global rebase los 1,5 grados. Con ello en mente propusieron trabajar para reducir las emisiones de CO2 en 50 por ciento para el 2030. Pero a la hora de cuantificar los compromisos prefirieron mantenerse en el campo de las declaraciones de intenciones. El comunicado final llama a salvar al mundo  de una  inminente catástrofe climática. Un paso concreto fue, en todo caso, el acuerdo de los miembros del G-7 de detener toda inversión en nuevas centrales termoeléctricas carboneras. Pero no fijaron una fecha para el adiós al carbón y otras energías fósiles en la generación eléctrica.  Biden aprovechó para criticar a su predecesor señalando: “Tuvimos un presidente, el último, que dijo que el calentamiento global no era un problema…Es él problema existencial   que enfrenta la humanidad”. Pero no se fijó monto ni fecha para la reducción de emisiones.

A lo largo de su campaña presidencial Biden criticó la política unilateralista del Presidente Donald Trump. Consciente de la pérdida relativa del poder hegemónico de Estados Unidos abogó por una vuelta al enfoque multilateral, reforzando en especial las antiguas alianzas con Europa. Washington no ha hecho un pronunciamiento formal pero una serie de gestos apuntan a que la relación transatlántica descansa, en forma creciente, sobre el eje Washington-Berlín. Una de las señales de Biden a Angela Merkel es el levantamiento de sanciones, por parte de Washington, a las empresas que construyen el estratégico gasoducto   Nord  Stream 2, que transportará gas ruso para Alemania sin pasar por Ucrania. No faltan los analistas que leen la medida como una concesión para una Alemania urgida por recursos energético, en momentos que abandona la energía nuclear y reduce su consumo de carbón. Tanto Londres como en París observan el acercamiento entre Washington y Berlín  con cierto nerviosismo pues los relega a una posición de menor protagonismo. Alemania se perfila, para muchos efectos prácticos, como el reemplazo  de Londres como el primer interlocutor en el seno de la Unión Europea. 

 Con China en la mira.

La competencia económica y política entre los grandes poderes suele presentarse encubierta tras principios superiores. En concreto, Biden llamó a la unidad de sus aliados para no ceder la supremacía a las “autocracias”, con lo cual aludía a Rusia y China.  A principios del milenio las preocupaciones geoestratégicas apuntaban al Medio Oriente donde las fricciones entre las mayores potencias fueron recurrentes. Ahora las tensiones se han  desplazado al Extremo Oriente. Washington busca impedir que cristalice una alianza estratégica entre Rusia y China. El acercamiento entre Moscú y Beijín se ha plasmado en ejercicios militares conjuntos, así como en una creciente cooperación en el campo espacial.

En su último comunicado el G-7 señala: “Reiteramos nuestro interés en unas relaciones estables y predecibles con Rusia”… “Reafirmamos nuestro llamamiento a Rusia para que detenga su comportamiento desestabilizador, incluida la injerencia en los sistemas democráticos de otros países, y cumpla con sus obligaciones y compromisos internacionales en materia de derechos humanos”. Pese a lo anterior Biden anticipó que Estados Unidos y Rusia crearán un grupo bilateral para mantener un “Dialogo de Estabilidad Estratégica” . Su tarea será el control de armamentos y medidas de reducción de riesgos bélicos.  Frente a China y la competencia en la economía global, el G7 prometió responder a “las políticas y prácticas no comerciales que socavan el funcionamiento justo y transparente de la economía global. En el contexto de nuestras respectivas responsabilidades en el sistema multilateral, cooperaremos abordando el cambio climático y la pérdida de biodiversidad en el contexto de la COP26 y otras discusiones multilaterales. Al mismo tiempo, promoveremos nuestros valores, pidiendo a China que respete los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

El brazo militar

Aprovechando la presencia de los mandatarios del G-7 la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizó una reunión cumbre en su sede en Bruselas.  Allí, el 14 de junio , los 30 países miembros, liderados por Estados Unidos escudriñaron el horizonte para determinar las amenazas que enfrenta la más poderosa alianza militar de la historia, fundada en 1949, en el marco de la emergente Guerra Fría para encarar a sus pares orientales liderados por la Unión Soviética, en el ahora extinto Pacto de Varsovia. Entonces, un general inglés, con típico cinismo, explicó que la misión de la OTAN era: “Mantener a los americanos en Europa, a los rusos fuera de ella y a los alemanes, pequeños”. Desde entonces la OTAN ha vivido un cambio radical en sus objetivos. El principio rector de la alianza es la seguridad colectiva o, en palabras de los Tres Mosqueteros: “Uno para todos y todos para uno”. Lo que significa que el ataque contra uno de los países miembros equivale a un ataque contra todos los estados que la conforman.  La OTAN dio un paso decisivo en 1999 cuando de una estructura defensiva tomó la iniciativa unilateral, sin aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y desencadenó una ofensiva militar contra Belgrado para proteger lo que consideró la población amenazada de Kosovo. En julio de 2006 amplió su radio de acción en forma drástica con el envío de tropas a Afganistán.

Ahora su radio de acción parece no tener límites.  China, a pedido de Estados  Unidos, ha comenzado a figurar en el radar de la OTAN. El comunicado final  del encuentro puntualiza:  “Las ambiciones declaradas de China y su comportamiento asertivo  presentan un desafío sistémico al orden internacional basado en reglas en áreas relevantes para la seguridad de la alianza”. Jens Stoltenberg, el secretario general de OTAN, declaró, por su parte, que “China se acerca a nosotros. Lo vemos en el ciberespacio, vemos a China en África, pero también vemos a China invirtiendo fuertemente en nuestra propia infraestructura crítica” en alusión a puertos y redes de telecomunicaciones”.  Stoltenberg precisó que “No entramos en una nueva Guerra Fría y China no es nuestro adversario, nuestro enemigo, pero debemos abordar como alianza los retos que supone China para nuestra seguridad”. En una rueda de prensa apuntó a la inquietud causada por el comportamiento de Beijing en el mar de China Meridional, su manera de castigar las manifestaciones democráticas en Hong Kong o de perseguir a minorías y el uso de nuevas tecnologías como redes sociales o el reconocimiento facial para “controlar y vigilar” a su propia población “de manera nunca antes vista”.

La relación económica con China, en todo caso, es clave para muchos países miembros de la OTAN comenzando por Alemania. Como es habitual la canciller Angela  Merkel marcó distancias y llamó a mantener una posición equilibrada frente a Beijing. Otro tanto hizo el presidente francés Emmanuel  Macron que llamó a la OTAN a no desviarse de su “misión esencial” y deteriorar la relación con China. Macron señaló que si bien existen rivalidades con Beijing es también un socio indispensable para resolver grandes problemas actuales, como el climático.

En lo que toca a China la reacción fue rápida. Beijing denunció que la OTAN calumniaba su desarrollo pacífico y se impulsaba “la teoría de la amenaza china”. La embajada china ante la Unión Europea acusó “una mentalidad de guerra fría   que busca enfrentamientos artificiales”. La nota precisó que “China no presentará ¨desafíos sistémicos” para nadie pero no permaneceremos sentados y pasivos si  “desafíos sistémicos” se acercan a nosotros”.  En Londres la embajada china declaró que: “Los días en que las decisiones globales eran dictadas por un pequeño grupo de países pasaron hace tiempo”.

En todo caso, como en los tiempos del enfrentamiento entre Moscú y Washington la pugna entre Chinas y Estados Unidos se proyecta a todos los planos. Y, en esa medida, puede dejar algunos beneficios para terceros países. Biden señaló la intención de su gobierno  de lanzar una iniciativa para el período post Covid-19 denominada  Build Back Better World,   que es expresada a través de la fórmula B3W. El plan consistiría en inversiones para ayudar al desarrollo de los países más rezagados. En lo hechos aparece como una respuesta directa a la Belt and Road Initiative (BRI) de China que ha fomentado la construcción de vías férreas, puertos y carreteras en las regiones   de interés para el comercio chino.

En la esfera de la narrativa Washington busca presentar la confrontación, por el liderazgo mundial, como la vieja pugna entre las democracias y las ahora llamadas autocracias. Pero a la hora de definir los campos los diversos países buscarán quien les otorga mayores beneficios.  Cada uno determinará hasta qué punto China o Estados Unidos es un socio, un competidor o una amenaza para sus intereses.

La OTAN sin rumbo fijo

December 4, 2019 Comments off

La más poderosa alianza militar del mundo cumple 70 años. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha sido el pilar de la defensa occidental. Integrada por Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia Alemania y otros 24 países europeos se rige por el principio de los tres mosqueteros: “Todos para uno y uno para todos”. Si algún país era atacado el conjunto respondería en su defensa. Afortunadamente el  solemne compromiso nunca fue puesto a prueba.

A poco de concluir la Segunda Guerra Mundial la llamada  Guerra Fría oscureció el panorama. En las palabras  de Winston Churchill, el Primer Ministro británico, una “cortina de hierro” dividió al viejo mundo: De un lado las potencias occidentales crearon la OTAN, en 1949, y entonces un general inglés resumió con cierta ironía que su propósito “era mantener a los americanos en Europa, a los rusos fuera de ella y a Alemania pequeña”. Moscú, por su parte,  impulsó el Pacto de Varsovia, fundado en 1955,  que incluyó a todos los países europeos de la órbita soviética inspirados en la misma filosofía de defensa colectiva.

La caída del Muro de Berlín, en 1989, marcó el fin del Pacto de Varsovia. La OTAN, en cambio, lejos de desbandarse buscó nuevos estados miembros entre los países que abandonaron la esfera soviética.   De hecho, el grueso de ellos engrosó sus filas. Así el dispositivo militar occidental ha llegado a las fronteras de Rusia contraviniendo los acuerdos tácitos alcanzados con el Presidente ruso Mijaíl Gorbachov. Se perdió una oportunidad para haber unificado al continente europeo dejando atrás una centenaria fuente de fricción política y militar.

La OTAN sin un derrotero claro buscó un rol por la vía de “intervenciones humanitarias”. La primera acción bélica de su historia  ocurrió en 1999 con el bombardeo masivo de lo que quedaba de la antigua Yugoslavia. Fue un ataque realizado desafiando la autoridad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estableciendo un nefasto precedente. Mirado en retrospectiva, si bien la agresión logró remover del poder al dictador  Slobodan Milosevic,   la Operación Fuerza Aliada no tenía justificación suficiente.

Hoy la organización, que no cuenta con tropas propias si no que depende de los efectivos  de los países miembros, enfrenta tensiones. Estados Unidos alega, con razón, que  paga una cantidad desmedida de los gastos. Turquía, uno de los integrantes claves, invadió una zona del norte de Siria. Allí exige respaldo para su combate contra organizaciones kurdas que califica como terroristas.  Varios países, incluidos Estados Unidos y Francia, lucharon hombro a hombro con esas organizaciones para derrotar al Estado Islámico. .  Está por verse si la organización logrará superar lo que Michel Macron, el presidente francés, denominó su “ parálisis cerebral”, aludiendo a la ausencia de una estrategia coherente.   .

El corto brazo de la justicia internacional.

June 20, 2019 Comments off

 

Tres crímenes fueron ventilados esta semana. Uno,  el derribo del avión Malaysian Airlines, en julio del 2014, sobre territorio ucraniano ocupado por fuerzas filo rusas. Dos, el asesinato del periodista saudí Jamal Kashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, en octubre del año pasado. Tres, la muerte de Mohamed Morsi el lunes, mientras comparecía ante un tribunal. Los casos han derivado en investigaciones internacionales, o el pedido a Naciones Unidas en el caso de Morsi, para  castigar a los culpables.

El derribo del avión malayo, en que perecieron 298 personas, ha sido investigado por un comité especial holandés que viene de imputar a cuatro individuos: tres oficiales rusos en retiro, que sirvieron en fuerzas especiales o el espionaje,  además de un ucraniano,   El cuarteto enfrentará acusaciones de asesinato por el disparo de un misil BUK, de fabricación rusa, que abatió la aeronave.  En el tribunal holandés, que sesionará  en  marzo entrante,  los acusados no estarán presentes. Rusia ha desechado la investigación. Alega que la evidencia provino de los servicios de inteligencia ucranianos interesados en culpar a Moscú. Si los imputados  fuesen sentenciados  será en ausencia y  no pagarán por el crimen.

Sobre el asesinato de Jamal Kashoggi , un periodista y disidente saudí, existe abrumadora evidencia de la participación del gobierno de Arabia Saudita. Hay filmaciones de un comando proveniente de Riad, están las grabaciones de la inteligencia turca de lo ocurrido en el consulado y muchas pruebas más. Ahora una relatora del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que investigó el crimen, acusa que importantes miembros del gobierno saudí, incluido el príncipe heredero y gobernante de facto, Mohamed bin Salman, por la ejecución del crimen.  La imputación no tendrá consecuencias pues será descartada  por Arabia Saudita que es una pieza clave para Occidente, tanto por su flujo petrolero, compra de armas y alianzas para cercar a Irán.

Finalmente, está el caso de Mohamed  Morsi, el único  presidente democráticamente electo en la milenaria historia de Egipto. Morsi, un islamita,  fue elegido representando la Hermandad Musulmana, en junio de 2012,  y fue depuesto en un cruento golpe militar en julio de 2013. Desde entonces estuvo en la cárcel donde sufrió torturas, estuvo confinado solitario la mayoría del tiempo y no recibió medicamentos para su diabetes. Por ello hay quienes, como el presidente turco Recep Tayyip Erdogan,    acusan al régimen egipcio de haber propiciado su muerte y piden una investigación sobre las circunstancia de su deceso.  Es improbable que la iniciativa prospere. En materia de justicia internacional suele pesar  más el poder de los protagonistas  que la evidencia de los hechos.

Rusia: justicia insólita.

June 13, 2019 Comments off

 

 

El periodista investigativo  ruso Ivan Golounov fue arrestado en Moscú. De inmediato fue llevado a una comisaria donde en una mochila, que  Golounov señaló que no le pertenecía y jamás había visto, los policías descubrieron  drogas. Su casa fue allanada y allí encontraron  una “cantidad importante de estupefacientes” que, según  señalaron los policías, el periodista tenía la intención de vender. La acusación de narcotráfico estaba implícita y con ella una larga sentencia de cárcel.

Golounov, investigador del medio digital Meduza, venía de publicar un reportaje sobre “las mafias de las pompas fúnebres”. Detallaba el caso de una mujer a la que se le exigía un cobro mayor por el entierro de un pariente. Algo que ocurre a muchos ciudadanos que sin más prefieren pagar lo que se les pide.  Ello, en circunstancia que los sepelios son gratuitos pues los municipios reciben fondos para ese propósito. La crónica señalaba como funcionarios de las pompas fúnebres, policías y elementos mafiosos presionaban a los deudos para que pagasen altas sumas.

Durante su estadía en la comisaría Golounov recibió una paliza, a manos de dos agentes,  antes de comparecer en un  tribunal. Su caso despertó una instantánea ola de rechazo.   En un caso inédito tres de los diarios más influyentes de Rusia titularon igual este lunes:   “Nosotros somos Ivan Golounov. Más adelante señalaron : “Estimamos que las pruebas de culpabilidad de Golounov , aportadas por los investigadores, no son convincentes y la circunstancia de su arresto  indican que fue violada la ley… No excluimos  que su arresto esté ligado a sus actividades profesionales”.  Los medios, que son lectura regular  de la clase política y empresarial, sacudieron a la opinión pública. En forma espontánea a través de redes sociales se sumaron veinte mil firmas exigiendo la liberación de Golounov.

Las autoridades enviaron al acusado a detención domiciliaria y poco después  lo liberaron porque no existían cargos en su contra. En las drogas encontradas no apreció ninguna huella de Golounov. El caso del periodista desató una ola de indignación pública que culminó con una manifestación este miércoles en la que fueron detenidas cerca de 200 personas. La protesta  apuntaba más allá del investigador maltratado. La indignación nacía ante la arbitrariedad del poder que recurre con frecuencia a cargos falsos para acallar denuncias. Como en el caso de las pompas fúnebres en otros sectores de la sociedad rusa se tejen trenzas mafiosas que son protegidas por la policía y los servicios de seguridad. El ministro del Interior, en toco caso,  adelantó que serán dado de baja los funcionarios que participaron en el operativo  así como otros oficiales.   Está por verse si el caso marca un punto de inflexión o es una golondrina pasajera.

 

Libia: más excremento del diablo.

April 11, 2019 Comments off

 

Libia vive otro episódico enfrentamiento entre milicias que luchan por  controlar el país. Esta vez Jalifa Haftar y sus huestes se han hecho de dos tercios del territorio y 90 por ciento de los pozos petroleros. El general rebelde busca consolidar su poder con la conquista de Trípoli, la capital. El emergente caudillo ha conseguido los apoyos más diversos. En primer lugar, de Estados Unidos donde vivió largos años de exilio bajo la protección de la CIA. También recibe armas y recursos de Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes. Asimismo, cuenta con el respaldo activo de Francia y un poco más discreto de Rusia. Con estos aliados enfrenta al gobierno  del Primer Ministro  Fayez  Serraj, del Gobierno  de Acuerdo Nacional, reconocido como la autoridad legítima por Naciones Unidas.

Haftar fue uno de los oficiales liderados por el coronel Muamar  Gadafi que en 1969  destronaron al rey  Idris.  A comienzos los 80 Haftar comandó la invasión libia al Chad donde fueron repelidos y cayó prisionero a manos de los chadianos en 1987. Gadafi le dio la espalda y el general optó por exiliarse, con su familia, en Estados Unidos. Desde entonces  Haftar consagró su vida a luchar contra su ex compañero de armas. No bien comenzó la rebelión en  Bengasi, en 2011, para deponer a  Gadafi el exiliado comandante volvió a Libia. Allí  tomó el mando de las fuerzas al Este del país. Depuesto Gadafi una alianza de organizaciones islamistas intentó controlar Bengasi, pero Haftar lideró con éxito las fuerzas que les vedaron el camino.

Libia tiene las mayores reservas de crudo de África y la décima más cuantiosa del mundo. En lo que toca a reservas el número uno corresponde a Venezuela, que enfrenta un embargo petrolero estadounidense.  Irán y Rusia también están sometidos a sanciones: el primero por su programa nuclear y el segundo por su disputa con Ucrania.  Así el petróleo libio cobra aún más  importancia. La nación árabe, además del crudo, es clave para los esfuerzos europeos por impedir la migración africana hacia el viejo continente. Libia es el principal punto de partida de migrantes que cruzan el Mediterráneo para buscar asilo o empleo. Ello desde que  Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, entre otros, atacaron el país en respaldo de los rebeldes liderados, entre otros, por Haftar.

Para Egipto es clave controlar su larga frontera con Libia e impedir la infiltración de islamistas. En especial de la prohibida Hermandad Musulmana, que hasta el golpe de Estado del gobernante general Abdul Fatah al Sisi, en 2013, era la mayor fuerza política. Arabia Saudita no requiere petróleo pero busca apagar los focos islamistas.

Es improbable que Libia entre en una guerra civil abierta. Las escaramuzas en las proximidades de Trípoli han ya dejado medio centenar de muertes. Pero el petróleo, el llamado excremento del diablo, podría elevar por mucho el número de víctimas.

 

Caracas entre Moscú y Washington

March 28, 2019 Comments off

 

Venezuela a oscuras. Un segundo apagón masivo en tres semanas. El gobierno de Nicolás Maduro denuncia un nuevo  sabotaje. La oposición repite que el fragilizado sistema eléctrico colapsa por de la falta de mantención. Sobre lo que no hay dudas es que los venezolanos sufren el pleno impacto de la ausencia de energía eléctrica. Cualquiera sea la causa  de los cortes masivos  la responsabilidad recae sobre el gobierno: ya sea por no disponer de la seguridad para evitar los sabotajes o por no mantener los equipos como es debido.

La crisis venezolana avanza a fuego lento. La oposición, liderada por Juan Guaidó,  no dispone de fuerzas para tumbar a Maduro. La considerable ayuda brindada por Estados Unidos por la vía diplomática, económica y sanciones aplicadas al gobierno no ha afectado, hasta ahora, el respaldo de las fuerzas armadas al régimen. Washington proclama que “todas las opciones están sobre la mesa”, una  fórmula diplomática para incluir una acción militar. No hay, en todo caso, indicio que en el corto plazo el Pentágono, o países vecinos de Venezuela, consideren el recurso a las armas.

En el desarrollo de los conflictos los protagonistas indican su voluntad a través de señales. Washington despacha aviones con ayuda e intenta que ella ingrese al país.  John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, viene de decir que “los días del gobierno de Maduro están contados”.

Rusia, que desde hace décadas es el principal abastecedor de armas de Venezuela, emite su propia señal. Despacha un par de aviones con un centenar de técnicos y militares. Dicho personal pudo llegar en forma discreta. Pero optaron hacerlo en forma visible para subrayar su respaldo al gobierno. Los militares colaborarán en asuntos de ciberseguridad, probablemente para fortalecer la red eléctrica que Maduro denuncia ha sido blanco de un ciberataque.   También ayudarán a la mantención de los aviones SU-30 Mk2, los más potentes del arsenal venezolano. Asimismo, trabajaran en el despliegue de las sofisticadas baterías antiaéreas S-300. Según la prensa venezolana buscan establecer un escudo protector alrededor de la base aérea de El Sombrero en el centro del país. De momento nadie espera un ataque aéreo contra dicha base u otra pero es una advertencia que Moscú está junto a Caracas.

En momentos en que Estados Unidos está comprometido en una ofensiva, junto a la oposición encabezada por Guaidó, para  expulsar al gobierno de Maduro la presencia  rusa es un balde de agua fría. El Presidente Donald Trump no tardó en exigir: “Rusia tiene que salir de Venezuela”. Sin duda, Moscú anticipó el malestar que causaría a Washington con el despacho de sus efectivos. Rusia está ya bajo una vasta serie de sanciones de manera que estiman que no tienen mucho más que perder. Venezuela transita así de  un conflicto doméstico a uno con  artistas internacionales.

Siria: así terminan las guerras.

December 20, 2018 Comments off

 

 

Un sorpresivo tuit del Presidente Donald Trump: “Hemos derrotado al ISIS (Estado Islámico) en Siria, la única razón por la que estar allí durante la presidencia de Trump”. Así fue anunciado el retiro de unos dos mil efectivos terrestres de las fuerzas armadas estadounidenses estacionadas en el país  árabe. En su campaña electoral  Trump prometió que sacaría sus tropas apenas fuera posible.  Hace algunos meses dijo: “Quiero traer nuestras tropas de vuelta a casa”. Entonces el Pentágono desaconsejó la medida y logró una postergación.  Al parecer esta vez, pese a que los militares no han cambiado de opinión,  comenzará la evacuación. Entre los halcones encabezados por el asesor de Seguridad Nacional  John Bolton hay  descontento. Tan solo hace tres meses Bolton declaró que mantendrían la presencia en forma indefinida para contrarrestar la influencia iraní en la región. En todo caso no hay una fecha precisa para la retirada y si está será progresiva.  Sarah Sanders, la vocera de la Casa Blanca,  adelantó de algunos uniformados ya están de vuelta.

El mero anuncio ha caído como un balde de agua fría para los aliados de Washington enfrentados a Irán. Los más amenazados son los kurdos que ocupan buena parte del norte de Siria y que mantienen una estrecha alianza con Estados Unidos. De hecho los kurdos llevaron el peso de la lucha contra el Estado Islámico en diversas regiones. Turquía, que tilda a los combatientes kurdos de terroristas, anunció una nueva ofensiva militar para desplazarlos de las zonas fronterizas con su país.  También Israel lamenta la decisión. Estiman sus analistas que Rusia ganará mayor influencia. Pero para los israelíes el gran ganador será Irán que podrá establecer un puente terrestre hasta sus fronteras y el Mediterráneo. Hecho que favorecerá a  Hezbolá, la combativa organización chiíta del Libano. Uno de los grandes perdedores es Arabia Saudita que financió con grandes cantidades de armas y dinero a grupos yihadistas que combatieron contra el régimen sirio.

 

Para el grueso de los sirios, sin embargo, que avizoran el fin del conflicto es una buena noticia. Los enfrentamientos contra el gobierno del Presidente Bashar al- Assad comenzaron en 2011. Estuvo cerca de caer pero a lo largo de siete años de duras batallas logró imponerse gracias al respaldo ruso e iraní. El saldo para los 22 millones de sirios es desastroso. Casi ocho millones de personas han sido desplazadas de sus hogares. De ellos cuatro millones abandonaron el país. Según algunas estimaciones la guerra ha provocado medio millón de muertos. La destrucción es generalizada con ciudades que vivieron meses de combates con armas pesadas en su interior.  La paz no está asegurada y todavía hay frentes abiertos. Pero el retiro de Washington es una señal  inequívoca del control que ejerce Damasco sobre el país.

Armas atómicas y la “mano muerta”.

October 25, 2018 Comments off

 

Los países desarrollan hipótesis de conflicto imaginando las circunstancias más adversas. Los militares hablan del “peor escenario”. Los estados que disponen de poderío nuclear califican  estas armas como “de  última instancia”.  Tan desolador fue el panorama tras las descargas atómicas contra Japón que, pese a que  se llegó a contar con más de sesenta mil ojivas, no volvieron a ser empleadas. La acumulación de todo tipo de armas nucleares llevó a una situación calificada de “overkill” (sobrecapacidad de exterminio). Ello dio pie al principio de la Destrucción Mutua Asegurada. Washington y Moscú sabían que en una guerra nuclear no habría vencedores.

Hacia el final de la Guerra Fría, en 1987,  los presidentes Ronald  Reagan y Mijail  Gorbachov llegaron a un acuerdo para reducir los misiles  nucleares de mediano alcance, entre 500 y 5.500 kilómetros. Comenzaron por estos vectores  porque eran los más peligrosos, en términos de desencadenar una guerra, pues dejaban muy poco tiempo de reacción: apenas diez minutos. Un lapso demasiado breve para verificar si se trataba de una situación accidental o deliberada.

Gorbashov sintetizó en forma cruda el dilema nuclear: “Aún cuando un país se empeñe en la continua fabricación  de armas mientras el otro no hace nada, el bando que se está armando tampoco ganará nada. El más débil simplemente puede hacer estallar todas sus cargas nucleares, incluso en su propio territorio, y eso significará suicidio para él y muerte lenta para el enemigo. Es por eso que cualquier competencia por la superioridad es morderse la cola”.

A tal punto es cierto que las superpotencias disponen de un mecanismo llamado la “mano muerta”.  Es un sistema que aún si los centros de mando y control de un país han sido destruidos habrá una detonación automática del arsenal atómico.  El presidente Vladimir Putin   viene de reforzar la “mano muerta”: “Los agresores deben saber: la venganza es inevitable y serán destruidos”. En clásico tono autoinmolatorio ruso agregó  “Y nosotros, como víctimas de la agresión iremos directo al cielo como mártires mientras ellos simplemente morirán”.

Washington acusa a Moscú de violar el tratado.  Rusia, claro está,  lo niega. Es algo que solo pueden establecer observadores especializados. Es difícil saber si  Donald Trump, al anunciar esta semana el fin del acuerdo de limitación de los misiles intermedios, pretende volver a foja cero. O bien utiliza la amenaza, como suele hacerlo, como una carta de negociación. Si, se trata de una postura definitiva desatará una nueva carrera armamentista nuclear. Ello hará el mundo más inseguro y será un revés formidable para los esfuerzos de no proliferación nuclear. Con qué moral las grandes potencias ampliarán sus arsenales  atómicos mientras niegan ese derecho a otros. Los más nerviosos con este desarrollo son los europeos pues, de estallar un conflicto mundial, tienen grandes probabilidades de convertirse en el principal campo de batalla.  Heiko Maas, ministro alemán de relaciones exteriores, defendió el tratado señalando que ha sido “un pilar importante de nuestra arquitectura europea de seguridad”. No solo para Europa.

 

 

Siria: la batalla de Idlib

September 6, 2018 Comments off

Bombardeos aéreos y de artillería han recrudecido en Idlib.  La  región es sobrevolada por drones que buscan blancos para nuevos ataques. La marina rusa entretanto  ha posicionado una docena de buques con misiles crucero en el mar Mediterráneo. Desde allí pueden alcanzar la provincia noroccidental e inhibir a otros protagonistas. El Presidente Bashar al-Assad, por su parte,  ha concentrado el grueso de sus tropas para lo que podría constituir un asalto final contra los rebeldes.

Idlib, con una población estimada en tres millones, es el último bastión en manos de las fuerzas contrarias al gobierno.  La guerra civil, que comenzó en 2011, ha causado entre 350 mil y medio millón de muertes según las estimaciones de diversas fuentes. La mitad de la población, de 22 millones habitantes, ha sido desplazada de sus hogares y unos cuatro millones han dejado el país.

En la última fase del conflicto el gobierno cercó varias regiones en manos de  rebeldes que, en muchos casos tenían el respaldo de Estados Unidos, Arabia Saudita y Turquía. Para evitar un choque  hasta las últimas consecuencias se evacuó a los insurgentes sitiados  a otras zonas, llamadas de  “desescalamiento”. Por esta vía un número creciente de opositores terminó en Idlib.

Turquía,  que ha auspiciado la lucha contra Assad, se erigió en la protectora del amenazado territorio.  Ahora Ankara advierte que un ataque contra la provincia equivaldría a cruzar una “línea roja”. Aunque no ha señalado que hará si se concreta la esperada ofensiva.

Irán, otro protagonista importante en el conflicto, con sus  milicias chiítas  ha contribuido a cargar la balanza a favor de Assad. Pero Teherán, para no enfrentarse con Turquía, se ha  marginado del  choque final dejando  la iniciativa a Moscú.

En lo que toca a Damasco está empeñado en recuperar “hasta el último centímetro” de su territorio. Assad sabe que la consolidación de los rebeldes podría conducir a la pérdida de regiones en un país compuesto por diversas minorías étnicas. Buena parte del noreste del país es gobernado ya, con plena autonomía,  por los kurdos que han llegado a un entendimiento temporal con la autoridad central.

Rusia, por cuenta,  denuncia que Idlib es en un antro de terroristas donde operan organizaciones yihadistas.  De allí la necesidad de desmantelar estas organizaciones islamistas que tienen vasos comunicantes con militantes en territorio ruso.

Para completar el rompecabezas Estados Unidos, que  protege y arma a los rebeldes, ha señalado su oposición a un ataque que señala podría culminar en un desastre humanitario.  El Presidente Donald Trump advirtió: “No puede haber una matanza. Si hay una matanza el mundo va a estar muy, pero muy enojado. Y Estados Unidos va a estar muy enojado también”.

La guerra de propaganda que precede a las batallas está en pleno desarrollo. Washington amenaza con represalias en caso que se utilicen armas químicas. Moscú replicó que los propios rebeldes podrían montar ataques químicos para justificar la intervención de Estados Unidos.  Acusación espetada en situaciones previas. Así cada bando avanza argumentos que buscan limitar el margen de maniobra de su adversario. Pero, de una forma u otra, ya se avizora el fin de una guerra que, a lo largo de siete años, ha desangrado a Siria.