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Posts Tagged ‘Corea del Norte’

Corea: sin salida a la vista.

March 6, 2019 Comments off

 

Todo era cordialidad: Donald Trump  dejó de llamar “rocket man” a Kim Jong-un para elevarlo a la categoría de “hombre inteligente y capaz”. Llegó incluso a hacer la vista gorda sobre la muerte de Otto Warmbier, un estudiante estadounidense que sufrió daño cerebral mientras estaba en una cárcel norcoreana. Trump declaró que aceptaba la versión de Kim que dijo ignorar las “cosas realmente  malas” que ocurrieron al infortunado joven, acusado de sustraer un poster de propaganda. Kim, por su  parte, se abstuvo de llamarlo “yankee imperialista,  que ladra como un perro asustado”.

Tal era el entusiasmo de Trump que convenció a  Shinzo Abe, el Primer Ministro japonés, para que  lo nominara como candidato al Premio Nobel.  La relación, entre Estados Unidos y Corea del Norte, marchaba viento en popa al punto que se especuló  que podrían firmar un tratado de paz. Hoy solo rige el armisticio establecido al concluir la guerra coreana en 1953. Es una tradición conceder el Premio Nobel  a quienes logran la paz tras una guerra.

Antes de la cita entre Trump y Kim, la semana pasada en Hanoi, los  gobernantes tenían sus respectivas ambiciones. Para Trump era la reivindicación de su estilo personal y espontáneo  de diplomacia. Lograr la desnuclearización de   Corea del Norte se perfilaba como la joya de su política exterior. Su manejo de la situación coreana le ha valido numerosas críticas por la falta de rigurosidad en la preparación de los encuentros. Pero, por sobre todo, por comprometer la más alta instancia política del país, la presidencia, en  reuniones con un desenlace incierto.

Para Kim levantar las sanciones económicas internacionales es un requisito para el desarrollo del país, una vez más amenazado por una hambruna debido a malas cosechas.

La reunión en Hanoi  fue un fracaso estrepitoso pues  concluyó en forma abrupta, sin acuerdo alguno.  Ahora, según el Servicio de Inteligencia Nacional de Corea del Sur se  ejecutan  obras de rápida reconstrucción en Tongchang-ri, en el emplazamiento de cohetes de largo alcance de Sohae destinado al lanzamiento de satélites. El dilema es que no hay gran diferencia entre los cohetes intercontinentales y los destinados a la exploración espacial.

La repuesta de Washington no tardó  A la hora de las amenazas John Bolton, el asesor de Seguridad Nacional de Trump, está siempre presente: advirtió que  sanciones demoledoras “serán incluso incrementadas”  si no avanza el proceso desnuclearización. Los norcoreanos han motejado las exigencias estadounidenses como “unilaterales demandas de tipo gangsteril para la desnuclearización”. Pese a todo hay un avence: Corea del Sur anunció el fin de los masivos ejercicios militares con Estados Unidos realizados anualmente. Las operaciones eran percibidas por los norcoreanos como preparaciones para un ataque. Así, se ha removido una de las fuentes de tensión en la explosiva región.

Corea: avance olímpico.

September 20, 2018 Comments off

 

Ambas Coreas anunciaron su postulación para organizar, en forma conjunta, las olimpiadas del 2032. Así pretenden consolidar lo logrado este año en los Juegos Olímpicos de invierno, en  Pyeongchang, en  Corea del Sur.  Siempre en la vena deportiva el Comité Olímpico Internacional declaró  que estaba abierto a conversaciones, entre los dos países, para un desfile y equipos comunes en los Juegos, de 2020, en Tokio.

En lo tocante a la situación militar entre ambas Coreas Moon Jae-in,  Presidente  de Corea del Sur, señalo que Kim Jong-un, su par del norte, estaba  dispuesto a permitir el ingreso de inspectores atómicos internacionales para verificar el cierre de Yongbyon. En este complejo opera un reactor nuclear además de una instalación de reprocesamiento, que pueden generar plutonio apto para armas atómicas, a la par que un centro para el enriquecimiento de uranio.

Los norcoreanos han avanzado sus propuestas a cambio de garantías de seguridad por parte de Estados Unidos. Exigen además otras medidas no especificadas, que sin duda incluyen el levantamiento de las estrictas sanciones económicas impuestas por Washington.  Kim Jong-un, como  miembro de la larga dinastía que gobierna Pyongyang, es un convencido que logró sentar a Donald Trump a la mesa negociadora gracias a la amenaza que representan sus desarrollos nucleares y coheteriles.  Trump, por el contrario, cree que sus amenazas bélicas y la estrategia de “máxima presión” obligaron a los norcoreanos a reconsiderar sus posturas agresivas.

Muchos de los análisis centran su atención en las posturas de Trump y Kim.  Sin embargo,  buena parte de lo logrado corresponde a la silenciosa pero efectiva gestión de Moon Jae-in que desde hace décadas propone iniciativas de paz. Ahora tras su visita a Pyongyang Moon declaró que: “La desnuclearización completa se encuentra en un futuro no tan lejano”. Claro que del dicho al hecho hay largo trecho. Cabe suponer que Kim no renunciará a su gran carta de negociadora sin lograr algunas demandas tales como la salida de las tropas estadounidenses de Corea del Sur. Washington mantiene estacionados en permanencia  unos treinta mil efectivos. En esta exigencia el líder norcoreano cuenta además con el respaldo de China y Rusia.  Pyongyang pide también la firma de un tratado de paz que reemplace al armisticio firmado al concluir la guerra (1950-53)  que ha mantenido dividida a la península coreana. La desnuclearización  implicará también el retiro de las armas que el  Pentágono ha desplegado en Corea del Sur.

La experiencia señala que el proceso de paz entre ambas coreas será lento y trabajoso. Como en el pasado se observaran avances  y retrocesos. La frontera, llamada “zona desmilitarizada”, es una densa red de campos minados, casamatas y puestos de observación. Son el testimonio viviente de la profunda desconfianza y animosidad que ha dominado los espíritus en la región. Habrá que prestar atención no solo a los grandes objetivos sino que a pasos más modestos como el restablecimiento de las líneas férreas y el gradual intercambio económico. En todo caso hasta ahora el deporte olímpico ha sido un gran lubricante para superar las asperezas.

 

Round para Corea del Norte.

June 14, 2018 Comments off

No bien volvió desde Singapur a Estados Unidos el Presidente Donald Trump tuiteó para tranquilizar  a sus compatriotas: “Todos pueden sentirse más seguros que el día que asumí la presidencia”… “Ya no hay una amenaza  nuclear de Corea del Norte”. ¿Alguna vez la hubo? Lo concreto es que los norcoreanos realizaron una serie de detonaciones atómicas y lanzaron una serie de cohetes de largo alcance. Pero de allí a  que contasen con armas nucleares operativas, capaces de alcanzar Estados Unidos continental, había  un largo trecho. Ello no impidió a Pyongyang amenazar, en más de una oportunidad, con despachar una ojiva  en caso de ser atacados.

Los que deberían suspirar aliviados son los surcoreanos.  Seúl, la capital de Corea del Sur,   está a escasas decenas de kilómetros de la frontera y  al alcance de la artillería convencional norcoreana.  Durante una visita a Seúl, hace un par de años en que subió la tensión entre ambas coreas,  pude apreciar cómo la gente seguía con sus vidas con absoluta normalidad. “Estamos acostumbrados a los berrinches e nuestros vecinos” era, con pocas variaciones, la respuesta de los consultados. De hecho la iniciativa de paz en curso, que debería llevar a la  desnuclearización de la península, fue iniciada por el Presidente Moon Jae-in. Los lanzamientos de cohetes  fueron correctamente leídos por Moon como el deseo de los norcoreanos por abrir negociaciones.

El Presidente norcoreano Kim Jong-un debe sentirse muy satisfecho luego de su encuentro en Singapur con su par estadounidense. Por lo que ha trascendido Trump ofertó dos días para las conversaciones pero Kim replicó que solo disponía de un día. En las escasas horas que pasaron juntos el dictador norcoreano logró dos concesiones mayores de Washington. Una fue la suspensión de los ejercicios militares realizados dos veces al año por decenas de miles de tropas estadounidenses y surcoreanas. Trump admitió que los juegos de guerras eran provocativos. Además señaló que las maniobras militares eran caras y que su paralización permitiría ahorrar dinero. Argumentación novedosa proveniente de un gobierno que viene de incrementar el gasto bélico. La segunda señal favorable para Kim fue el anunció de la voluntad de retirar los cerca de treinta mil efectivos estadounidenses estacionados en forma permanente en Corea del Sur. Ello, si, en un plazo por determinar y dependiendo de como marche el proceso de desarme. La oferta va en la dirección contraria a la tendencia actual de reforzar la presencia militar del Pentágono en Asia de cara a China.

Era previsible que Kim y Trump volverían proclamándose los vencedores del insólito encuentro. Los norcoreanos se congratulan pues estiman que gracias a su poderío militar lograron sentar, en igualdad de condiciones, a un  pequeño y frágil país con el Presidente de la primera superpotencia. Trump, por su parte, debe aspirar a no sr menos que el Presidente Barack Obama y conseguir un Premio Nobel de la Paz. Es muy improbable que lo logre. Si alguien lo merece es Moon, el tesonero y hábil mandatario surcoreano que ha dedicado su vida política a mejorar las relaciones entre ambas coreas.

Corea y el factor Bolton.

May 17, 2018 Comments off

 

El Presidente Donald Trump ya sacaba cuentas alegres sobre el éxito de su manejo frente a Corea del Norte. A fin cuentas había logrado la suspensión de ensayos nucleares y lanzamientos de cohetes intercontinentales.  También logró la libertad de tres estadounidenses encarcelados por Pyongyang. Tal era el optimismo de Trump que  ya clamaba por el Premio Nobel de la Paz. En sus palabras: “Todo el mundo cree que lo merezco,  pero yo nunca diría eso”.

Pero, de pronto, el promisorio proceso que apunta a la desnuclearización de la península coreana está en suspenso. En primer lugar Pyongyang postergó una reunión de alto nivel con Seúl.  Los norcoreanos denunciaron el carácter agresivo de los ejercicios  militares Max Thunder, llevados a cabo entre Estados Unidos y Corea del Sur. Entre el centenar de aviones participantes en las maniobras figuran bombarderos B-52  con capacidad para lanzar armas nucleares. Además de aviones “stealth”, F-22, de difícil detección radárica, ideales para un ataque de “decapitación” del gobierno de Kim Jong-un. Mas tarde fue puesto en duda el encuentro entre los dos presidentes,  previsto para el 12 de junio en Singapur.

Al parecer los norcoreanos estiman que han hecho gestos de buena voluntad que pudieron ser reciprocados, por ejemplo,  con un menor despliegue de poderío aéreo. Trump, por su parte, cree que  sus adversarios fueron obligados a buscar el diálogo gracias, precisamente, a su firmeza. La aplicación de duras sanciones y un vasto despliegue militar  llevaron al aparente ablandamiento de Pyongyang. Es lo que Washington denomina la política la “máxima presión” y que seguirá vigente hasta garantizar el desmantelamiento total y verificable del arsenal nuclear y coheteríl norcoreano. Solo entonces serán levantas las medidas punitivas.

Aquí entra el protagonismo del recién nombrado John Bolton como Asesor de Seguridad Nacional de Trump. Hace 15 años Bolton, funcionario del gobierno de George W. Bush,  propició la invasión de Irak. Hay un amplio consenso en Washington que la operación constituyó un severo yerro estratégico Algo que Bolton no comparte. A su juicio el empleo de la fuerza militar para lograr  un “cambio de régimen” es eficaz frente a gobiernos considerados como una amenaza para Estados Unidos. Según Bolton entre los países en que debía emplearse la fuerza, como en Irak, figuraban: Siria, Irán y Corea del Norte. En una entrevista concedida por Bolton,  el 3 de septiembre del año pasado, señaló que era necesario: “Acabar con el régimen norcoreano”  y golpear primero. Abundó: “Hemos perdido el tiempo con Corea del Norte durante 25 años, y seguir perdiéndolo  aún más solo empeorará las cosas”. Para agravar  el cuadro Bolton viene de señalar que el mejor modelo a seguir es el aplicado en Libia. Allí Muamar Gadafi renunció a un incipiente programa nuclear en el año 2003. En 2011 fue depuesto merced a los bombardeos de la OTAN  que respaldó una rebelión en su contra. El líder libio fue rastreado por servicios de inteligencia occidentales y baleado por rebeldes en una zanja.   La mera mención al ejemplo libio motivó un comunicado norcoreano de rechazo y que motejó a Bolton de “repugnante”.

El conflicto con Corea del Norte entra en una fase de peligrosa incertidumbre. Si fallan las negociaciones en curso es probable que Bolton, a quien Trump le presta oídos,  tenga la última palabra.

Corea: juegos olímpicos y de tronos.

February 15, 2018 Comments off

 

 

En el mejor estilo dinástico Corea del Norte envió a Kim Yo-jong , la hermana del gobernante Kim Jong-un, a la apertura de los juegos olímpicos de invierno que tienen lugar en Corea del Sur. Cual en los tronos medievales la confianza se  establecía  no mediante mensajeros sino que con el envío de miembros de la familia real. Pyongyang dio en el clavo. Los surcoreanos quedaron absortos con la presencia del primer miembro de la dinastía Kim que pisaba Seúl. Ello desde ello la conclusión de la guerra (1950-53) que dividió la península coreana. Desde entonces el Norte ha sido gobernado por Kim Il-sung, su hijo Kim Jong-il y su nieto que detenta el poder.

Por cuenta de Estados Unidos Mike Pence, el vicepresidente, arribó a Seúl con un mensaje de confrontación con el régimen norcoreano. Llamó a endurecer las ya drásticas sanciones económicas. Ello como parte de la estrategia que ha denominado de “máxima presión”. También se reunió con desertores que se jugaron la vida al escapar del norte. Sin embargo, su narrativa tuvo poco impacto.

Para agasajar a los invitados a los JJOO  el gobierno surcoreano  organizó un gran banquete. Y he aquí un hecho insólito: Washington el aliado estrecho de Corea del Sur, donde mantiene estacionados unos veinte mil soldados, se ausentó de la cena a causa de la presencia de la delegación norcoreana. Nada puede haber dado mayor satisfacción a Pyongyang. Luego Kim Yo-jong, 28 años, invitó a Moon Jae-in, el presidente surcoreano, a un encuentro cumbre en Pyongyang. Esto de parte de los norcoreanos que meses antes ni siquiera se dignaban contestar los mensajes de sus vecinos meridionales.

En el campo protocolar las cosas han dado un vuelco inimaginable. En los hechos el abismo que separa a las dos Coreas es profundo. La piedra de toque radica en el programa de armas nucleares y misiles intercontinentales de Pyongyang. Kim Jong-un afirma que su país ya dispone de la capacidad para alcanzar cualquier punto de los Estados Unidos. No sería  el primer dictador que presume de tener armas de destrucción masiva. Las tenga o no el gobierno del Presidente Donald Trump ha trazado una línea roja: no tolerará una Norcorea con semejante poder  bélico.  También Tokio  manifiesta su absoluta oposición.

Salvo Estados Unidos todos los países, incluido Japón, están en contra de siquiera considerar un ataque militar contra Corea del Norte. El principal opositor a la opción bélica es Corea del Sur que pagaría un costo descomunal en vidas, que podrían ascender a cientos de miles, en caso de un conflicto. Pyongyang, pese a sus continuas bravatas, ha hecho trascender que no tiene apetito alguno en confrontar militarmente a Washington.

Con la distensión entre ambas Coreas se abre un camino para una  desescalación gradual de tensiones. Ello podría pasar por un acuerdo que permita el control de las instalaciones nucleares norcoreanas por parte de Naciones Unidas. Algo que ocurre con los países firmantes de los acuerdos de no proliferación nuclear. Es temprano aún para vislumbrar una salida. Pero de ocurrir los JJOO serán recordados por su aporte político antes que por sus medallas.

Tregua olímpica en Corea

January 18, 2018 Comments off

La tradición olímpica sigue viva. En la antigua Grecia las ciudades suspendían sus guerras para participar en los juegos. Los atletas dejaban  espadas y escudos para competir. Pasado el magno evento los participantes volvían a sus ejércitos para retomar las armas.

Ahora  Corea del Norte y del Sur,  que parecían al borde de un conflicto solo hace semanas, están  dispuestas a desfilar unidas tras una sola bandera. Un pabellón blanco con la silueta de la península en un azul que expresa la esperanza de reunificación. Será la novena oportunidad en que lo hacen. En la  apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno, que comienza en Pyeongchang el 9 de febrero, el equipo de hockey femenino desfilará con jugadoras de ambas partes. Estos son los acuerdos comunicados por Seúl y Pyongyang hasta el momento.

Entretanto en Canadá una veintena de países estudian como  endurecer las sanciones contra Corea del Norte para obligarla a renunciar a su programa nuclear y misilístico. En Vancouver los cancilleres de los estados que combatieron contra Corea del Norte, en la guerra librada bajo la bandera de Naciones Unidas 1950-53, liderados por Estados Unidos pretenden aplicar la mayor presión económica sobre Pyongyang. Los ecos de la Guerra Fría no se han acallado. China y Rusia, que apoyaron con tropas y armas, el intento norcoreano por dominar toda la península, están ausentes y critican los esfuerzos de sus antiguos enemigos.

El interés político por lo que ocurra de los juegos podría superar a la pasión por la pugna deportiva. ¿El calor de la competencia podrá deshelar décadas de encono entre las dos Coreas?  Cómo en otros encuentros olímpicos ¿se buscará que coreanos del norte deserten de  su país?  Seúl suele exhibir a los desertores como la prueba de su superioridad sobre el régimen de Kim Jong-un.

Washington ha concentrado una gran capacidad de fuego para descargar contra Pyongyang. Cada cierto tiempo ya sea el Presidente Donald Trump o alguno de sus generales deja entrever que un ataque está entre las cartas que se barajan.  Trump ha señalado que una Norcorea con armas nucleares es inaceptable. Por su parte Corea del Norte ha empeñado recursos, incluso a costa del mínimo bienestar de sus ciudadanos, para lograr lo que estima es el arma disuasiva que no admite replica: misiles intercontinentales armados con ojivas nucleares que podrían alcanzar cualquier punto de .Estados Unidos.  Kim se jacta ya  de contar con el arma  que le garantiza la seguridad frente a sus enemigos.

Es difícil vislumbrar como alguna de las partes renunciará a sus objetivos estratégicos.  Más aún si se considera que China y Rusia, que son contrarias a una Corea del Norte con armas atómicas,  no desean un cambio de régimen en Pyongyang. Japón, por su parte, ha adoptado una postura más agresiva y podría dotarse de armas atómicas si Norcorea logra consolidar su condición nuclear. Bien podría ocurrir que el interés mayor pase del medallero olímpico al trasfondo político.

La batalla del botón nuclear

January 4, 2018 Comments off

Kim Jong-un. el mandamás norcoreano, proclama que tiene un botón en el  escritorio de su oficina.  Si lo presiona  puede descargar  un misil, con una ojiva nuclear, a cualquier punto de los Estados Unidos. Puntualiza Kim que esto no es una amenaza sino que es una realidad. Una afirmación de dudosa veracidad. El Presidente Donald Trump, por su parte, le respondió vía tuiter:  “Por favor, ¿puede alguien de su régimen agotado y muerto de hambre informarle que yo también tengo un botón nuclear? Pero es mucho más grande y poderoso que el suyo, y mi botón funciona”. Dicho sea de pasada tal botón es una fantasía pues no existe. El mandatario estadounidense, el único con la autoridad para lanzar un ataque atómico,  dispone de una serie de tarjetas con códigos para ordenar la drástica medida.

En agosto del año pasado Trump amenazó a los norcoreanos  con un ataque de “fuego y furia como el mundo nunca ha visto”. En noviembre el Senado estadounidense, alarmado ante la ligereza de los propósitos presidenciales,  debatió sobre quien tiene la “Autoridad para Ordenar el Uso de Armas Nucleares”.  El tema no era abordado desde 1976, en el apogeo de la guerra de Vietnam. Entonces, pese a que Washington caminaba a una derrota en el sudeste asiático, quedó descartado echar mano al arsenal nuclear. Desde entonces quedó archivada la opción del empleo de armas atómicas con intenciones ofensivas.

 

El tuiteo entre Kim y Trump ha suscitado interpretaciones jocosas. Algunas aluden al clásico reto machista sobre la importancia del tamaño de los atributos de cada cual. En este campo de eufemismos  destaca Ted Cruz,  ex adversario presidencial republicano, que se mofó de Trump diciendo que tenía manos pequeñas, un alcance velado a sus genitales. El aludido acusó el golpe y con característica modestia  respondió: “Mis dedos son largos y hermosos, como, ha sido bien establecido, con varias otras partes de mi cuerpo”.

Kim y su régimen han sido caricaturizados  como una banda de fanáticos irracionales. De allí, se subraya en Occidente, el peligro que semejante régimen disponga de armas nucleares.  Pyongyang  ha facilitado su descrédito con un lenguaje incendiario y desmedido. Pero en la práctica se ha remitido a desarrollar una capacidad nuclear para lograr cierta capacidad disuasiva. Los propósitos de Trump tampoco han ido más allá de las palabras. Hay, sin embargo, una enorme diferencia en el impacto de los dichos de un dictador de un pequeño país y los de la mayor superpotencia mundial. Al aludir con frivolidad e inmadurez al armamento atómico Trump banaliza la tenencia de los mortíferos arsenales nucleares. Además es  partidario de modernizarlos  y así aumentar la potencia atómica estadounidense. El solo hecho que discuta la posibilidad de emplearla es un gran retroceso.  Ello debilita décadas de esfuerzos por fortalecer la no proliferación de armas nucleares y la eventual extinción de estos ingenios, los más destructivos en la historia humana.

 

 

Trump y la amenaza nuclear

November 16, 2017 Comments off

Un enorme despliegue de poder de fuego se cierne sobre Corea del Norte.  Tres portaviones, con sus respectivos buques escoltas, están posicionados para un ataque. Bombarderos B-52 y B-1,  que cargan misiles crucero con ojivas nucleares, vuelan las 24 horas del día, como en los tiempos de la Guerra Fría,  a partir de Corea del Sur y la base aérea de Guam. El incremento de la presión militar estadounidense sobre Pyongyang ha despertado inquietudes sobre las intenciones del Presidente Donald Trump. Resuenan sus palabras, en agosto,  amenazando  a los norcoreanos  con un ataque de “fuego y furia como el mundo nunca ha visto”. Los propósitos fueron redondeados con enigmáticas palabras que advertían que se vivía “la calma antes de la tormenta”. Aunque nadie pudo precisar a qué se refería exactamente.

La mera posibilidad que la Casa Blanca considere el empleo del arsenal atómico encendió luces rojas en el Congreso norteamericano.  El Comité de Relaciones Exteriores del Senado realizó audiencias para explorar el tema sobre quien tiene la “Autoridad para Ordenar el Uso de Armas Nucleares”.  El asunto no se debatía desde 1976, cuando la guerra de Vietnam estaba en su apogeo. Entonces, pese a que Washington caminaba a una derrota en el sudeste asiático, quedó descartado el uso de esta  arma de destrucción masiva. En realidad desde entonces quedó archivada la opción del empleo de armas atómicas con intenciones ofensivas.

Algunos senadores expresaron su nerviosismo ante el acceso de Trump al botón nuclear. Chris Murphy,  un demócrata, señaló: “Nos preocupa que el Presidente de Estados Unidos es tan inestable, tan volátil, su proceso de toma de decisiones es tan quijotesco que podría ordenar un ataque con armamento nuclear que esté espectacularmente en contradicción con los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”.  Bob Corker, republicano y presidente del comité,  ya había advertido sobre sus temores que Trump está encaminando a Estados Unidos por  la “senda de la Tercera Guerra Mundial”.

El general retirado C. Robert Kehler, que encabezó  el  Mando Estratégico de Estados Unidos, a cargo del arsenal nuclear, respondió ante las consultas de los senadores que solo acataría las órdenes del Presidente si estas se encuadran dentro de la legalidad. ¿Y si tuviese dudas sobre la  legalidad? Entonces lo habría consultado con sus asesores, especialmente si se trataba de un ataque preventivo. Nada de obediencia ciega.

Trump es partidario de modernizar y aumentar el arsenal nuclear estadounidense. El solo hecho que se discuta la posibilidad de la descarga de ojivas atómicas es un enorme retroceso. Pero lo peor puede estar en camino pues  Washington trabaja en una nueva doctrina del empleo de estas armas. Se anticipa  una regresión en relación a las posturas del gobierno de  Barack Obama. Ello debilitaría décadas de esfuerzos por fortalecer la no proliferación de armas nucleares y la eventual extinción de estos ingenios, los más destructivos en la historia humana.

Corea del Norte reta a Trump

July 6, 2017 Comments off

Una confrontación original: las partes se retan disparando misiles al mar. Corea del Norte  expresa su malestar lanzando sus cohetes a las aguas de los mares que la rodean. Otro tanto vienen de hacer Corea del Sur y Estados Unidos que dispararon misiles al océano para demostrar “una capacidad de golpes profundos de precisión”.  Es la respuesta al cohete intercontinental lanzado por Pionyang, que aspira a contar con un vector que alcance el territorio de Estados Unidos.

Donald Trump, en su condición de  candidato presidencial, impugnó al Presidente Barack Obama por hacer advertencias, trazar líneas rojas como les gusta decir en Washington, que quedaban sin respuesta para los trasgresores. El caso más notorio fue el presunto empleo de armas químicas por parte del régimen sirio. A Trump le consultaron en enero por el desarrollo de un cohete norcoreano capaz de llegar a Estados Unidos. La respuesta de Trump fue: “Eso no va a ocurrir”. Ahora que al parecer ello es una realidad queda la interrogante sobre qué hará al respecto.

Corea del Norte no es una amenaza militar para Washington y dista mucho de serlo. Hay dudas sobre el desarrollo efectivo de sus ojivas nucleares y los vectores son cohetes y no misiles pues carecen de sistemas de puntería. Lo que está en juego, como tantas veces ocurre,  es la autoridad de la nación que se percibe como el líder y responsable del orden internacional. Si el dictador norcoreano Kim Jong-un sale con la suya Trump quedará debilitado. Lo que es más grave, también serán vulnerados  los muy necesarios esfuerzos contra la proliferación nuclear.

Estados Unidos ya desplegó una fuerza de tareas encabezada por el poderoso portaaviones Carl Vinson. Esto no amedrentó a Pionyang. Trump está desilusionado porque China no aplicó las presiones que esperaba. Sobre el particular tuiteó: “ El comercio entre China y Corea del Norte creció casi 40 por ciento en el primer trimestre. Hasta ahí no más China trabajando con nosotros. Pero teníamos que intentarlo”.

Nikky Haley, la embajadora de Trump ante Naciones Unidas, señaló que “Estados Unidos está  dispuesto a emplear una amplia gama de capacidades… una de nuestras capacidades radica  en nuestra considerable fuerza militar. La usaremos, si tenemos que hacerlo, pero preferimos no marchar en esa dirección”.

Es improbable que Corea del Norte de su brazo a torcer. El joven Kim debe tener en mente lo ocurrido a Muamar Gadafi en Libia que desmanteló un incipiente programa nuclear y abrió su economía a Occidente. Poco tiempo después fue depuesto en una  campaña militar de quienes lo persuadieron a renunciar a su capacidad disuasiva. Piongyang ha hipotecado su desarrollo a cambio de una capacidad militar que lo blinde frente a sus enemigos.

China y Rusia se oponen a toda intervención militar contra Corea del Norte. Es poco probable que nuevas sanciones surtan efecto. Lo más viable sería abrir una negociación con los norcoreanos en que la voz cantante la lleve el nuevo Presidente sudcoreano Moon Jae-in. Un arreglo debe incluir un acuerdo de paz entre ambas Coreas. El Norte debe congelar su programa nuclear y coheteríl. El Sur, en tanto, tendrá que renunciar a masivos ejercicios anuales con Estados Unidos así como el retiro de las tropas de dicho país.

 

El conflicto coreano

April 20, 2017 Comments off

Es un ritual bien establecido que Estados Unidos y Corea del Sur realicen grandes ejercicios militares entre marzo y abril. También es ya una costumbre que Corea del Norte señale su malestar con masivos desfiles y despliegues bélicos. Año tras año, en la primavera boreal,  las partes cruzan amenazas y se acusan de graves provocaciones.

Cuál es el nivel de tensión   en la Península de Corea  suele ser un misterio. Mientras la retórica de las partes sube nada cambia en la vida cotidiana  de Seúl o Pyongyang. Un buen indicador de la seriedad de una crisis suele ser la reacción de las bolsas de valores. Mientras el régimen norcoreano advierte que destruirá a sus vecinos meridionales las acciones de las empresas sudcoreanas permanecen inmutables.

Un ejemplo mas reciente de la dificultad de saber lo que realmente ocurre es el presunto ensayo nuclear que Pyongyang  tenía previsto para el fin de semana pasado. Ante la presunta inminencia del hecho el Presidente Donald Trump despachó al portaviones Carl Vinson junto a  otras unidades navales. Más tarde se supo que la partida navegaba en la dirección contraria. El anunciado ensayo atómico pudo ser una mera especulación y el mentado despacho de los buques solo un amago. Es claro que la armada estadounidense no tenía apuro en llegar a las costas de la Península.  Ello no impidió que en Washington algunos clamaran victoria puesto que no hubo detonación alguna. Además se congratulaban del fallo del lanzamiento de un cohete, si es que hubo tal cohete.

Como ocurre con muchas fricciones internacionales abundan las especulaciones sobre quien obtiene mayores beneficios con la tensión. El desarrollo político de Corea del Norte es ni más ni menos que  una caja negra. En el sur tendrán elecciones presidenciales luego de la remoción de la Presidenta Park Guen-hye. Las encuestas señalan que la presidencia ira a manos, luego de las elecciones del 9 de mayo,  de una coalición de centro izquierda que favorece mejores relaciones con el norte y mayor autonomía frente a Estados Unidos. Para Trump, por su parte,  mostrarse fuete ante el dictador Kim Jong-un es un ejercicio de bajo riesgo. Las amenazas norcoreanas de lanzar un ataque termonuclear son directamente proporcionales a su debilidad. Es dudoso que disponga de una bomba operativa y de un cohete capaz de colocarla en un lugar determinado.

Un punto sobre el que todos coinciden es que China tiene la llave del cambio de posturas en Pyongyang. Beijing viene de suspenderle las compras de carbón. El 90 por ciento de las exportaciones norcoreanas están destinadas a China y el carbón representa un 40 por ciento de dichas ventas. Beijing adopta una postura salomónica: insta a Estados Unidos y Corea del Sur a suspender los ejercicios militares. A Corea del Norte, en tanto, le pide que de no haga más ensayos nucleares ni dispare más cohetes. La propuesta China es lógica pero el dilema reside en la falta de confianza entre los protagonistas.