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Posts Tagged ‘kurdos’

La OTAN sin rumbo fijo

December 4, 2019 Comments off

La más poderosa alianza militar del mundo cumple 70 años. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha sido el pilar de la defensa occidental. Integrada por Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia Alemania y otros 24 países europeos se rige por el principio de los tres mosqueteros: “Todos para uno y uno para todos”. Si algún país era atacado el conjunto respondería en su defensa. Afortunadamente el  solemne compromiso nunca fue puesto a prueba.

A poco de concluir la Segunda Guerra Mundial la llamada  Guerra Fría oscureció el panorama. En las palabras  de Winston Churchill, el Primer Ministro británico, una “cortina de hierro” dividió al viejo mundo: De un lado las potencias occidentales crearon la OTAN, en 1949, y entonces un general inglés resumió con cierta ironía que su propósito “era mantener a los americanos en Europa, a los rusos fuera de ella y a Alemania pequeña”. Moscú, por su parte,  impulsó el Pacto de Varsovia, fundado en 1955,  que incluyó a todos los países europeos de la órbita soviética inspirados en la misma filosofía de defensa colectiva.

La caída del Muro de Berlín, en 1989, marcó el fin del Pacto de Varsovia. La OTAN, en cambio, lejos de desbandarse buscó nuevos estados miembros entre los países que abandonaron la esfera soviética.   De hecho, el grueso de ellos engrosó sus filas. Así el dispositivo militar occidental ha llegado a las fronteras de Rusia contraviniendo los acuerdos tácitos alcanzados con el Presidente ruso Mijaíl Gorbachov. Se perdió una oportunidad para haber unificado al continente europeo dejando atrás una centenaria fuente de fricción política y militar.

La OTAN sin un derrotero claro buscó un rol por la vía de “intervenciones humanitarias”. La primera acción bélica de su historia  ocurrió en 1999 con el bombardeo masivo de lo que quedaba de la antigua Yugoslavia. Fue un ataque realizado desafiando la autoridad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estableciendo un nefasto precedente. Mirado en retrospectiva, si bien la agresión logró remover del poder al dictador  Slobodan Milosevic,   la Operación Fuerza Aliada no tenía justificación suficiente.

Hoy la organización, que no cuenta con tropas propias si no que depende de los efectivos  de los países miembros, enfrenta tensiones. Estados Unidos alega, con razón, que  paga una cantidad desmedida de los gastos. Turquía, uno de los integrantes claves, invadió una zona del norte de Siria. Allí exige respaldo para su combate contra organizaciones kurdas que califica como terroristas.  Varios países, incluidos Estados Unidos y Francia, lucharon hombro a hombro con esas organizaciones para derrotar al Estado Islámico. .  Está por verse si la organización logrará superar lo que Michel Macron, el presidente francés, denominó su “ parálisis cerebral”, aludiendo a la ausencia de una estrategia coherente.   .

Terremoto en el Medio Oriente

October 17, 2019 Comments off

 

Una nueva guerra. La invasión turca al norte de Siria altera el conjunto del Medio Oriente.  Recep Tayyip Erdogan, el presidente turco, lanzó sus tropas para crear una “zona segura” destinada a cortar los vasos comunicantes  entre los kurdos sirios y sus pares turcos.  Busca además transferir millones de refugiados sirios, en su mayoría sunitas, al territorio que, según sus declaraciones, tendrá entre 30 y 35 kilómetros de ancho a lo largo de cientos de kilómetros de la frontera turco-siria. Desde ya cientos de miles de sirios kurdos han huido de la región de combate creando un desastre humanitario más. Si se concretase el traspaso de los refugiados se plantarían las semillas de una nueva causal bélica.

Erdogan fue un partidario entusiasta de la guerra civil iniciada en 2011. Su propósito, junto a Estados Unidos y las monarquías árabes, era desbancar al  actual Presidente sirio Bashar al Asad, un filo chiíta aliado a Irán. En Ankara, la capital turca, aspiraban a implantar un gobierno sunita afín. La victoria sería un peldaño en el ascenso de Erdogan como el gran líder islámico del mundo sunita, que representa el grueso del mundo musulmán. Para la sorpresa de muchos, gracias a la decisiva ayuda rusa e iraní, Asad derrotó a sus adversarios. Esto forzó al gobierno turco a pasar a un plan B: establecer una franja que separe el país de Siria.

Mientras el Estado Islámico sembraba el terror ocupando una gran porción de Siria e Irak, destinado a constituir la base de un nuevo estado, un califato en su vocabulario, los kurdos se erigieron como una sólida barrera a las atrocidades de los yihadistas. En esa lucha se fraguó una alianza estrecha entre Estados Unidos y los  kurdos, en especial en Irak donde había un importante despliegue de tropas estadounidenses. En Siria el contingente norteamericano frustraba los planes turcos de una intervención anti kurda. Todo cambió con la destrucción territorial del califato.

El Presidente Donald Trump prometió en su campaña electoral el retiro de sus tropas de varios países, con Siria entre ellos. Sin la amenzaa del Estado Islámico Trump consideró que había llegado la hora de levar anclas. Sabía que ello equivalía a dar luz verde a los planes turcos y librar a sus aliados kurdos a su suerte.

Hay un decir que toda política exterior es doméstica en última instancia. Trump piensa en las elecciones de 2020 y cómo el retiro de tropas será recibido por el electorado. Erdogan ha galvanizado al pueblo turco tras su campaña militar en momentos que flaquea su popularidad. Hasta el momento los grandes ganadores son Asad y el Presidente ruso Vladimir Putin que emerge como una figura decisiva en el Medio Oriente. Las monarquías árabes han tomado debida nota. Una región, en todo caso, donde la situación puede cambiar de una semana a la siguiente.

El drama kurdo.

October 10, 2019 Comments off

 

El Presidente Recep Tayyip Erdogan  proclamó: “No permitiremos que ningún grupo terrorista establezca campos en el norte de Siria y amenace a Turquía”. Los terroristas en cuestión son los kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Una milicia que controla buena parte del norte del país. La advertencia de Erdogan se materializó esta semana con duros  bombardeos aéreos y de artillería contra efectivos kurdos en territorio sirio. A la par, tropas turcas cruzaron la frontera para establecer una “zona de seguridad” El objetivo es crear una franja de unos 30 kilómetros de ancho a lo largo de la frontera entre ambos países. El nuevo territorio permitiría a Turquía  impedir que los efectivos de las FDS cooperen con los guerrilleros kurdos, del izquierdista PKK, que combaten, desde hace tres décadas, contra las autoridades  turcas al interior del país.  Alrededor de 14 millones de la población turca, que en total suma 80 millones,  es de ascendencia kurda y muchos de ellos denuncian que son  discriminados por el gobierno de Ankara. Un segundo objetivo será trasladar la mitad de los cuatro millones de sirios refugiados en Turquía a la futura “zona de seguridad”. Hecho que, de concretarse, creará una nueva realidad en territorios poblados por kurdos.

El drama del pueblo  kurdo, que suma unos 30 millones de personas, es su dispersión en varios países.  Un importante segmento de ellos pugna, desde hace más de un siglo, por crear un Estado independiente: el Kurdistán. Estos montañeses, cuya existencia se remonta a seis siglos antes de nuestra era, nunca han podido cuajar en una entidad política. En Siria los kurdos alcanzan a los dos millones, en Irán son seis millones y una cifra similar vive en Irak.  Hay además una diáspora de unos dos millones con la mayoría de ellos radicados en Alemania

Distintas guerras en el Medio Oriente han abierto espacios a las reivindicaciones kurdas que son consideradas como separatistas, enemigas de la soberanía nacional, por sus varios países de residencia. Cualquier intento por brindarles ayuda es calificado como una intrusión en sus asuntos internos. Los kurdos, por su parte, han hecho alianzas y combatido contra diversos regímenes de la región. En la actualidad existe un virtual Estado kurdo independiente al norte de Irak que cuenta con los recursos de abundantes yacimientos petroleros y dispone de fuerzas armadas llamadas Peshmergas. Los kurdos iraquíes respaldaron la lucha de sus compatriotas sirios, junto a Estados Unidos, contra el Estado Islámico.

Comienza ahora  un nuevo capítulo de violencia en Siria. Tras ocho años de guerra civil, con cerca de medio millón de muertos y casi la mitad de su población desplazada, la ansiada paz sigue distante. El desenlace de la invasión turca es incierto.

Siria: así terminan las guerras.

December 20, 2018 Comments off

 

 

Un sorpresivo tuit del Presidente Donald Trump: “Hemos derrotado al ISIS (Estado Islámico) en Siria, la única razón por la que estar allí durante la presidencia de Trump”. Así fue anunciado el retiro de unos dos mil efectivos terrestres de las fuerzas armadas estadounidenses estacionadas en el país  árabe. En su campaña electoral  Trump prometió que sacaría sus tropas apenas fuera posible.  Hace algunos meses dijo: “Quiero traer nuestras tropas de vuelta a casa”. Entonces el Pentágono desaconsejó la medida y logró una postergación.  Al parecer esta vez, pese a que los militares no han cambiado de opinión,  comenzará la evacuación. Entre los halcones encabezados por el asesor de Seguridad Nacional  John Bolton hay  descontento. Tan solo hace tres meses Bolton declaró que mantendrían la presencia en forma indefinida para contrarrestar la influencia iraní en la región. En todo caso no hay una fecha precisa para la retirada y si está será progresiva.  Sarah Sanders, la vocera de la Casa Blanca,  adelantó de algunos uniformados ya están de vuelta.

El mero anuncio ha caído como un balde de agua fría para los aliados de Washington enfrentados a Irán. Los más amenazados son los kurdos que ocupan buena parte del norte de Siria y que mantienen una estrecha alianza con Estados Unidos. De hecho los kurdos llevaron el peso de la lucha contra el Estado Islámico en diversas regiones. Turquía, que tilda a los combatientes kurdos de terroristas, anunció una nueva ofensiva militar para desplazarlos de las zonas fronterizas con su país.  También Israel lamenta la decisión. Estiman sus analistas que Rusia ganará mayor influencia. Pero para los israelíes el gran ganador será Irán que podrá establecer un puente terrestre hasta sus fronteras y el Mediterráneo. Hecho que favorecerá a  Hezbolá, la combativa organización chiíta del Libano. Uno de los grandes perdedores es Arabia Saudita que financió con grandes cantidades de armas y dinero a grupos yihadistas que combatieron contra el régimen sirio.

 

Para el grueso de los sirios, sin embargo, que avizoran el fin del conflicto es una buena noticia. Los enfrentamientos contra el gobierno del Presidente Bashar al- Assad comenzaron en 2011. Estuvo cerca de caer pero a lo largo de siete años de duras batallas logró imponerse gracias al respaldo ruso e iraní. El saldo para los 22 millones de sirios es desastroso. Casi ocho millones de personas han sido desplazadas de sus hogares. De ellos cuatro millones abandonaron el país. Según algunas estimaciones la guerra ha provocado medio millón de muertos. La destrucción es generalizada con ciudades que vivieron meses de combates con armas pesadas en su interior.  La paz no está asegurada y todavía hay frentes abiertos. Pero el retiro de Washington es una señal  inequívoca del control que ejerce Damasco sobre el país.

Siria: la batalla de Idlib

September 6, 2018 Comments off

Bombardeos aéreos y de artillería han recrudecido en Idlib.  La  región es sobrevolada por drones que buscan blancos para nuevos ataques. La marina rusa entretanto  ha posicionado una docena de buques con misiles crucero en el mar Mediterráneo. Desde allí pueden alcanzar la provincia noroccidental e inhibir a otros protagonistas. El Presidente Bashar al-Assad, por su parte,  ha concentrado el grueso de sus tropas para lo que podría constituir un asalto final contra los rebeldes.

Idlib, con una población estimada en tres millones, es el último bastión en manos de las fuerzas contrarias al gobierno.  La guerra civil, que comenzó en 2011, ha causado entre 350 mil y medio millón de muertes según las estimaciones de diversas fuentes. La mitad de la población, de 22 millones habitantes, ha sido desplazada de sus hogares y unos cuatro millones han dejado el país.

En la última fase del conflicto el gobierno cercó varias regiones en manos de  rebeldes que, en muchos casos tenían el respaldo de Estados Unidos, Arabia Saudita y Turquía. Para evitar un choque  hasta las últimas consecuencias se evacuó a los insurgentes sitiados  a otras zonas, llamadas de  “desescalamiento”. Por esta vía un número creciente de opositores terminó en Idlib.

Turquía,  que ha auspiciado la lucha contra Assad, se erigió en la protectora del amenazado territorio.  Ahora Ankara advierte que un ataque contra la provincia equivaldría a cruzar una “línea roja”. Aunque no ha señalado que hará si se concreta la esperada ofensiva.

Irán, otro protagonista importante en el conflicto, con sus  milicias chiítas  ha contribuido a cargar la balanza a favor de Assad. Pero Teherán, para no enfrentarse con Turquía, se ha  marginado del  choque final dejando  la iniciativa a Moscú.

En lo que toca a Damasco está empeñado en recuperar “hasta el último centímetro” de su territorio. Assad sabe que la consolidación de los rebeldes podría conducir a la pérdida de regiones en un país compuesto por diversas minorías étnicas. Buena parte del noreste del país es gobernado ya, con plena autonomía,  por los kurdos que han llegado a un entendimiento temporal con la autoridad central.

Rusia, por cuenta,  denuncia que Idlib es en un antro de terroristas donde operan organizaciones yihadistas.  De allí la necesidad de desmantelar estas organizaciones islamistas que tienen vasos comunicantes con militantes en territorio ruso.

Para completar el rompecabezas Estados Unidos, que  protege y arma a los rebeldes, ha señalado su oposición a un ataque que señala podría culminar en un desastre humanitario.  El Presidente Donald Trump advirtió: “No puede haber una matanza. Si hay una matanza el mundo va a estar muy, pero muy enojado. Y Estados Unidos va a estar muy enojado también”.

La guerra de propaganda que precede a las batallas está en pleno desarrollo. Washington amenaza con represalias en caso que se utilicen armas químicas. Moscú replicó que los propios rebeldes podrían montar ataques químicos para justificar la intervención de Estados Unidos.  Acusación espetada en situaciones previas. Así cada bando avanza argumentos que buscan limitar el margen de maniobra de su adversario. Pero, de una forma u otra, ya se avizora el fin de una guerra que, a lo largo de siete años, ha desangrado a Siria.

Turquía y su nuevo sultán.

June 27, 2018 Comments off

 

Recep Tayyip Erdogan logró su  reelección como presidente de Turquía. El  Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, por su sigla turca), que él dirige, mantendrá la mayoría en el Parlamento en alianza con el ultra nacionalista y derechista Partido de Acción Nacionalista (MHP). Así Erdogan, gracias a una serie de cambios constitucionales, logra un control sobre el conjunto del Estado turco que evoca el poder de los sultanes. Como los antiguos gobernantes  imperiales Erdogan podrá reinar  por decreto en muchas materias. Además tendrá la prerrogativa  de disolver el parlamento y de remover al grueso de la administración pública.

Si de evocaciones se trata existe la percepción que en Ankara  flota la nostalgia por el imperio Otomano, colapsado con la derrota de Turquía en la Primera Guerra Mundial. Entonces los turcos dieron un giro en 180 grados y optaron, bajo la conducción de  Mustafa Kemal Atatürk , por la modernización del Estado con un marcado acento laico. La elite política volvió su mirada a Occidente y relegó  sus raíces musulmanas.

Tras la Segunda Guerra Mundial,  la Guerra Fría dio a Turquía un papel protagónico como país de contención de la Unión Soviética en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Esta tarea fue facilitada por las dictaduras militares que gobernaron o ejercieron el poder tras el trono a lo largo de décadas.

Sin embargo, con la llegada de Erdogan al gobierno a comienzos de los 2000 se aprecia una creciente influencia del clericalismo islámico. Se trata, en todo caso, de una corriente religiosa moderada aunque con los rasgos característicos de opresión de las mujeres presentes en el Islam.  Es justo señalar que Erdogan pugnó  por logar la aceptación de su país como miembro pleno de la Unión Europea (UE). Los europeos, en especial Francia y en menor medida Alemania, no correspondieron a los anhelos turcos. Hoy el ingreso de Turquía a la UE aparece distante. Ello permite presumir que Ankara seguirá, con renovado ahínco, el proyecto neo otomano de convertir al país en una potencia que restaure algo de la grandeza pasada.

Con un mandato claro y el firme control del Estado Erdogan tratará de asegurar, en primer lugar, la unidad de Turquía.    Ello conlleva una mayor agresividad en la guerra contra el pueblo kurdo, situado en las regiones montañosas australes, que representa alrededor del 20 por ciento de los 80 millones de habitantes del país. Una guerra que solo es librada al interior del país sino que también en Siria donde los kurdos son combatidos por el ejército invasor turco. También en el norte Irak se registran enfrentamientos.

En lo que toca al Medio Oriente Ankara redoblará sus esfuerzos por proyectarse como el líder del mundo árabe sunita. Es algo que ha intentado confrontando a Israel con un vistoso respaldo a la causa palestina. Ankara ha buscado desplazar a Arabia Saudita e Irán como  referentes políticos. No es algo simple pues lo recuerdos del periodo  otomano  evocan sufrimientos.

Erdogan cuenta ahora con  cinco años de gobierno, con la posibilidad de reelección. Su protagonismo internacional buscará  posicionar a Turquía como una potencia de primera línea

El calvario sirio.

September 22, 2016 Comments off

“Justo cuando pensamos que las cosas no pueden ser aún peores la barra de la depravación se hunde todavía más bajo”. Estas son las palabras de Ban Ki-moon, el secretario General de Naciones Unidas, para describir lo que ocurre en  Siria. Hay un adagio que reza que la noche es más oscura  justo antes del amanecer. Con los conflictos, en especial con las guerras civiles que son los más sangrientos, los momentos de mayor peligro suelen ser las treguas destinadas a lograr  la paz.  Cada bando descarga entonces sus cartuchos por lograr ventajas militares de último minuto.

En Siria se concretó un cese de hostilidades, acordado por Estados Unidos y Rusia, que cobró efecto el lunes. La propuesta tenía más enemigos que partidarios. Entre los propios promotores tenían reservas. El Pentágono había expresado sus reparos al plan liderado por John Kerry, el secretario de Estado. Todo empezó mal. Un bombardeo  aéreo estadounidense  mató a 62  e hirió a más de una centena de soldados sirios, leales al Presidente Bashar al Assad. Washington se excusó señalando que fue un error. Entretanto la fuerzas rebeldes y del gobierno se acusaban de no respetar el cese al fuego. Para peor un convoy con ayuda de Naciones Unidas fue víctima de un ataque que mató a veinte personas y destruyó  varios camiones. Estados Unidos acusa a Rusia por ejecutar el bombardeo. Moscú niega  en forma vehemente su participación y entre sus argumentos destaca que no hay rastros de cráteres de bombas. Insinúa que el convoy pudo ser blanco de fuego de artillería. A fin de cuentas no faltan los interesados en sabotear un acuerdo de paz. La niebla, como se alude a la incertidumbre en situaciones bélicas, es muy espesa. Algo que acrecienta la tradicional desconfianza entre Rusia y Estados Unidos.

Es un rompecabezas en el cual es difícil calzar las piezas. El gobierno sirio ha ganado terreno y cree que puede vencer a sus enemigos que están divididos. Una facción rebelde quiere una transición política que acabe con el régimen de Assad. Pero la voz cantante, en el plano militar, la tienen los yihadistas, esto es los extremistas islámicos que aspiran convertir el país en una teocracia. Estados Unidos está de acuerdo con Rusia en combatirlos. Pero Moscú duda de la seriedad de las intenciones de Washington pues Arabia Saudita y algunos emiratos les brindan ayuda a grupos de trayectoria islamista. Los kurdos sirios, por su parte, buscan crear un estado propio en las regiones en que son mayoría. Turquía, que tiene tropas al interior de Siria, los combate y brega por  impedir la desintegración del país.

Tras cinco años de lucha Siria es un país desangrado y en ruinas. La mitad de sus 22 millones de habitantes ha sido desplazada. Según algunas estimaciones las víctimas fatales alcanzarían las 400 mil personas. Unos cuatro millones han salido del país. Muchos están  en Turquía, Líbano, Jordania e Irak. Más de un millón ha optado por alejarse de las llamas y están en Europa.  El conflicto continúa con la batalla por el control de Alepo. Allí se multiplicarán las luctuosas estadísticas de un pueblo sufriente.

Juego de tronos en Turquía

August 12, 2016 Comments off

 

Turquía es un país influyente. Su postura es clave en todo el Medio Oriente y gravita de manera decisiva en la guerra siria que ya cumple cinco años. Desde un comienzo Turquía apoyó a los rebeldes que combaten contra el gobierno del Presidente Bashar-al-Assad. En esta trinchera colaboró con Estados Unidos y Arabia Saudita. Una consecuencia del conflicto es el desplazamiento masivo de sirios de los cuales unos cuatro millones están refugiados en Turquía. Más de un millón han buscado asilo en diversos países de la Unión Europea (UE) y en Alemania en particular.

Las cosas dieron un giro drástico, el 15 de julio, con el fallido golpe de estado militar contra el Presidente Recep Tayyip  Erdogan. Ankara no vaciló en culpar al clérigo musulmán Fetullá Güllen, un antiguo aliado de  Erdogan, de ser la eminencia gris tras la asonada. Más aún, el gobierno está convencido que Estados Unidos respaldó a los golpistas. Sin perder un minuto Erdogan lanzó una purga masiva contra un amplio espectro de opositores. A la cabeza de los arrestos están los seguidores de Güllen. La  enorme movilización antigolpista ha permitido además  una dura represión a  las organizaciones kurdas que nada tienen de gullenistas. También están tras las rejas numerosos  periodistas e intelectuales progresistas. Las cosas pueden empeorar. Erdogan  es partidario de reinstalar la pena de muerte en el país para castigar a los responsables del golpe. Dado que tiene una mayoría en el Parlamento es  posible que logre imponer la pena máxima abolida en 1984.

Las violaciones masivas a los derechos humanos y la libertad de expresión han provocado tímidas protestas internacionales. La UE teme que una fricción mayor con el gobierno turco puede llevarlo a abrir, de par en par,  las compuertas para los refugiados que deseen partir a Europa. El acuerdo en vigor estipula que la UE aporte miles de millones de euros para mantener en suelo turco a los buscadores de asilo.

Lo más sorprendente de la zigzagueante política turca es el reciente acercamiento a Moscú. Las relaciones entre ambos países estaban congeladas luego del derribo de un avión militar ruso, el 24 de noviembre del año pasado, que según Ankara volaba sobre su territorio El encuentro entre el Presidente ruso Vladimir Putin y Erdogan abre interrogantes. ¿Turquía cambiará de bando en la guerra en Siria? Erdogan tiene previsto un encuentro con el Presidente Hassan Rouhani  de Irán que es el mayor aliado del régimen de Assad. Podría tratarse de una maniobra táctica para fortalecer su posición negociadora frente a Washington y la UE para que no interfieran en su  política represiva doméstica. Es algo que está por verse. Pero desde ya se aprecia un cambio en el alineamiento de las fuerzas en el Medio Oriente

El asalto a la prensa

131 medios de comunicación han sido clausurados. Ninguna categoría está excluida de los cierres donde se cuentan diarios, radios, canales de televisión, revistas y casas editoriales. La acusación genérica es que responden al gullenismo o que apoyaron el golpe de estado. En rigor el cierre de medios y el acoso a periodistas independientes comenzó bastante antes del fallido golpe. De acuerdo a la organización Reporteros sin Fronteras, que monitorea la libertad de prensa en el mundo, Turquía  está relegada a los peldaños más bajos situándose en el lugar 151.

Siria: el comienzo del fin de la guerra.

March 17, 2016 Comments off

Moscú anunció el retiro de sus fuerzas militares de Siria. Las cámaras captaron el despegue de bombarderos que volvían a sus bases en Rusia. Allí les esperaban ceremonias de bienvenida con familiares de los uniformados despachados al país árabe. El momento escogido por el Presidente Vladimir Putin para reducir su participación en el conflicto no podía ser más oportuno. Lo hizo luego de tres semanas de una cesación de hostilidades que pocos creyeron que duraría tanto. Además a las puertas de las conversaciones de paz en Ginebra entre la oposición y el gobierno del Presidente Bashar al Assad. Así Rusia disminuye su presencia, luego de cinco meses de bombardeos contra los enemigos de Damasco, desde una posición fuerza y tras haber logrado parte importante de sus metas declaradas. Sus objetivos fueron neutralizar los esfuerzos occidentales, incluida Turquía y Arabia Saudita entre otros, que aspiraban a imponer un gobierno sunita afin a sus intereses. También era importante dar un golpe a  los islamistas que figuran  entre las amenazas que preocupan al Kremlin. Se estima que unos dos mil yihadistas rusos combaten junto a las organizaciones fundamentalistas islámicas.

Rusia ha impuesto sus condiciones frente a Occidente. John Kerry, el secretario de Estado norteamericano, aceptó que la salida de Assad no era un prerrequisito. En sus palabras: “Estados Unidos y nuestros aliados no buscamos el así llamado cambio de régimen”. Moscú y Washington coinciden que no hay una salida militar al conflicto que ya cumplió cinco años. La solución será diplomática pero determinada por la correlación de fuerza militar en el terreno. Y es en ese plano que Rusia considera que ha fortalecido sus posiciones lo suficiente como para sentarse a negociar. La memoria de la intervención soviética en Afganistán está fresca aún. Allí el Ejército Rojo fue desangrado y aunque no perdió militarmente su intervención fue un fracaso. Hecho que gravitó en la caída y desmembramiento de la Unión Soviética.

Dada la sangre derramada en Siria: más de 300 mil muertos según algunas estimaciones, unos once millones de personas desplazadas, la mitad de la población, es difícil visualizar un arreglo aceptable para la mayoría sunita y los aluitas (chiítas) encabezados por Assad. Hay quienes creen que a la larga el país terminará dividido entre ambas facciones y los  kurdos que buscan su independencia. Ello sin considerar que la amenaza yihadista del Estado Islámico, Al Qaeda  y otras organizaciones sigue muy presente. Una  salida posible es la creación de una federación que dé a las partes la mayor autonomía posible. En todo caso cualquier fórmula aceptada por todos será un progreso ante la situación de violencia actual.

Los refugiados sirios.

El retiro ruso tomó por sorpresa a Occidente. Ello porque muchos en Estados Unidos y Europa creían  que  Moscú tenía interés en convertir a los refugiados sirios, unos cuatro millones, en un arma. Fue lo que declaró el general norteamericano Philip Breedlove, comandante supremo de la OTAN.  Los bombardeos rusos, según esta teoría, buscaban  aumentar el número de refugiados que marcharan rumbo a Europa. Ello para  causar dificultades sociales y políticas que debilitaran a los gobiernos europeos. Los hechos desmienten esta especulación pero ponen de relieve el abismo de confianza entre Washington y Moscú.

Siria y los kurdos

August 6, 2012 Comments off

El estado sirio muestra señales de desintegración. La deserción del primer ministro Riad Hijab, un sunita, que hoy se proclama “un soldado de la revolución” contra un “régimen asesino y terrorista” es la pérdida de más alto nivel experimentada por el régimen de Damasco. A la par hay otros desarrollos que tendrán un impacto de largo plazo que aún es difícil calibrar. El régimen del Presidente Bachar el Asad viene de tomar una decisión de trascendental para toda la región: retiró sus tropas desde el nordeste del país para concentrar sus efectivos en la decisiva batalla de Alepo. El repliegue significa el abandono de la región habitada por los kurdos que se estima suma unos dos millones de personas o alrededor de nueve por ciento de la población siria.
Los kurdos son un pueblo con una fuerte identidad y un idioma propio. En total suman 25 millones distribuidos en cuatro países. Se trata de estimaciones pues ninguno de los países donde residen está interesado en realizar un censo. En cuanto a religión en su mayoría son islamistas de la vertiente sunita. El grueso vive en Turquía donde alcanzan al 20 por ciento de la población, en Irak representan otro tanto y han conseguido una virtual autonomía en el norte del país luego de la caída de Sadam Hussein, en 2003, en Irán constituyen del orden de ocho por ciento de la población. Además hay dos millones de kurdos que viven repartidos en una diáspora desperdigada a través del mundo.
Un importante segmento de los kurdos lucha, desde hace muchas décadas, por constituir un estado independiente: el Kurdistán. Pero la fortuna no ha sonreído a este propósito. Estos montañeses, cuya existencia se remonta a seis siglos de nuestra era, nunca han podido cuajar una entidad política. Estuvieron a punto de lograrlo a fines de la Primera Guerra Mundial, cuando los aliados aprovecharon el desmantelamiento del imperio otomano para ofrecerles un estado en algunas provincias turcas e iraquíes. Pero ninguno de los países de la región aceptó la formación de un Kurdistán. Tras el fin de la Segunda Guerra volvieron a la carga, esta vez con el respaldo soviético, y formaron en territorio iraní la República de Mahabad, en enero de 1946. Pero la ilusión duró poco, pues Teherán despachó tropas y liquidó el experimento. Desde entonces, los kurdos han hecho alianzas y combatido al interior de los diversos países de la región.
Ahora, en Irak, el Presidente de la región kurda Massoud Barzani admitió que están brindando apoyo a sus compatriotas sirios y en especial a aquellos que han desertado del ejército de Asad para garantizarles asilo. De hecho fue Barzani el que negoció con Asad el retiro de las tropas de lo que algunos ya llaman el Kurdistán sirio. Un analista militar de la región puntualizó que “los árabes están luchando, los kurdos están ganando”. Ello lleva ya a hablar de la “primavera kurda”. El más inquieto con la nueva situación es el gobierno turco que por boca de su Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan advirtió: “No permitiremos que ningún grupo terrorista establezca campos en el norte de Siria y amenace a Turquía”. El dilema de Ankara es que desde hace mucho libra una guerra soterrada contra grupos insurgentes kurdos y en especial con el izquierdista partido PKK. Según algunas estimaciones si los kurdos turcos, iraquíes y sirios aúnan sus recursos podrían llegar a constituir una organización armada con más de 200 mil combatientes. Cualquiera sea el resultado de la guerra en Siria está a la vista que el país ya nunca será el mismo y está por verse el impacto el conflicto sobre el conjunto de la región.